El presidente del Partido Popular (PP) de Cataluña, Alejandro Fernández, ha utilizado su intervención en el debate de política general para dibujar la «alternativa de centro liberal reformista» que propone su formación frente a la falsa normalidad que propugna el Govern de Salvador Illa y que se sigue asemejando más al procés y sus variantes que a la situación previa a este.
El líder de los populares articula esta alternativa en seis puntos concretos: frente a la política fiscal confiscatoria y abusiva, “supresión del impuesto de sucesiones, de patrimonio y deflactación del irpf”; frente a la okupación, “protección a los propietarios catalanes y libertad para vender y alquilar sus inmuebles”; frente a su proyecto educativo, “cultura del esfuerzo, autoridad del profesor y libertad de elección para las familias”; frente a la inseguridad, “tolerancia cero con la multireincidencia y máximo respeto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; apuesta por una “inmigración legal, ordenada y que respete nuestras leyes y la entre igualdad hombres y mujeres”; y energía asequible y suficiente para todos, vivienda asequible y suficiente, apoyo a grandes infraestructuras estratégicas y recuperar la capacidad de Cataluña de organizar grandes eventos deportivos sin sufrir boicot”.
Fernández ha planteado esta alternativa frente a “la retórica y capital político construido sobre una falsedad” del Govern Illa, quién habla de normalidad cuando se ha convertido en “mediador de las decisiones, conflictos y debilidades de otros” al haberse convertido “en el Santos Cerdán que Pedro Sánchez envía a Bélgica porque él no quiere o no se atreve a ir”, una imagen que denigra la institución porque “un presidente de la Generalitat no puede ir por el mundo haciendo de suplente de Santos Cerdán”.
El líder de los populares considera que Illa se preocupa más de ejercer de “terapeuta de autoayuda” que de gobernar Cataluña, como probó el balance reciclado de ayer, “que era igual al del año pasado, con las mismas medidas y un poco ampliadas”. “Necesitamos un gobierno y no un terapeuta”, ha insistido el popular, señalando también la necesidad de romper la lógica implantada por las minorías políticas del “perroflautismo contemplativo” o “el nacionalpopulismo” que provocan “parálisis, falta de presupuestos e imposibilidad de legislar en temas relevantes”.
Illa, muñeco diabólico
La alternativa de los populares esbozada por Fernández parte de la necesaria “regeneración democrática” y el combate a los “desmanes del procés”, por eso es que el parlamentario puede decir Gürtel “asumiendo que es un momento vergonzoso de mi partido, pero usted no puede escuchar la palabra ‘Chili’ sin transformarse en Chuky, el muñeco diabólico, y se niega a explicar qué relación tuvieron Koldo y Ábalos” en ese asunto.
“Creo en el diálogo y el acuerdo, pero la complejidad tiene límites: los principios y los valores, que siempre son irrenunciables”, ha asegurado Fernández, que ha tildado a Illa de relativista moral por ser capaz de gritar “amnistía nunca, y cambiar al día siguiente. Eso es no tener principios”. Es más, ese relativismo moral, a parecer del parlamentario popular, es lo que origina los populismos que sacuden las democracias liberales porque las fuerzas que deben combatirlos se suman a la política antisistema.
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