No hay que intentar negociar con el separatismo catalán, porque ellos no quieren negociar, lo que quieren es vencer a cualquier precio. Lo que hay que hacer es no transigir, plantarles cara y decirles a los separatistas que sus privilegios se han acabado.
Hay que decirles que van a cumplir las leyes, como el resto de ciudadanos. Que no van a seguir saqueando impunemente el dinero público. Que no van a convertir a los millones de catalanes no independentistas en ciudadanos de segunda.
El personal que dirige los partidos y las asociaciones separatistas que representan a unos dos millones de ciudadanos se dedican cada día a agitar el odio. Solo triunfan los que más burradas dicen. Solo reciben el aplauso del poderoso aparato propagandístico secesionista los que más ofenden a los que no piensan como ellos.
Los moderados apenas tienen voz dentro del secesionismo catalán, anclado como está al “España nos roba” y “España nos mata”. Los separatistas no tienen remedio, y por mucho que desde la sensatez se les intente convencer de lo absurdo de su comportamiento, no se conseguirá.
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