El Real Club Deportivo Espanyol, el segundo club de Barcelona en número de aficionados y una entidad histórica dentro del deporte de la capital catalana, no ha sido tan prolífico a la hora de generar literatura como su poderoso rival ciudadano, el Fútbol Club Barcelona. Está claro que el ganar Ligas y Copas de Europa motiva más a los autores, y sobre todo a los editores, a la hora de publicar las andanzas de sus ídolos futbolísticos, sus hazañas – y miserias- en los terrenos de juego o simplemente novelas con los colores azulgrana de fondo.
Esto ha motivado que, ante la indiferencia de las grandes editoriales, que solo en determinadas ocasiones se han mostrado interesadas en el RCD Espanyol, algunos pequeños sellos hayan fijado su atención en la literatura relacionada con el club blanquiazul. Y es el caso de la obra que nos ocupa, ‘La maldita vida futbolística de Wolfram Wuttke (eLena design editores), de José M. Gala.
Es un libro breve, de 66 páginas, pero que cuenta con un buen número de fotografías del protagonista. Pero, sobre todo, hay que destacar que está bien documentado y que es de lectura agradable. No es el típico tostón, dado que siendo completa la descripción de toda su carrera como futbolista profesional, el estilo es ameno lo que conlleva que se devore de una tacada.
Wuttke fue un jugador extraño dentro de la trayectoria irregular que el RCD Espanyol vivió a finales de la década de los 80 e inicios de los 90, en la que pasó en pocos años de quedar terceros en la Liga y de jugar una final de la Copa de la UEFA a bajar a Segunda División. Este jugador alemán aterrizó en el viejo estadio de Sarriá con la misión de ayudar a conseguir el ascenso a Primera División.
El club perico se jugaba la supervivencia, un año en la categoría de plata de fútbol español había significado una merma de ingresos brutal para unas arcas tradicionalmente depauperadas. Otro año sin subir a Primera podría significar la desaparición de la entidad. En medio de esta situación deportiva trágica, con un equipo que no acababa de dominar en Segunda, se produjeron unas elecciones a la presidencia a tumba abierta.
En dichos comicios triunfó un joven abogado barcelonés, Julio Pardo, que significó la renovación de un club dirigido por unas cuantas familias históricas. Y el nuevo presidente se marcó como único objetivo conseguir el ansiado ascenso. Y su gran fichaje estrella en el mercado de invierno fue un jugador alemán elegante, de gran calidad y con una preocupante tendencia a la indisciplina, Wolfram Wuttke.
Cuando el autor del libro nos recuerda las palabras de Julio Pardo a la hora de hablar de este fichaje (“Con Wolfram Wuttke nos ha tocado la lotería”), nos sitúa en cómo estaba la moral de la afición en un momento en que, tras perder la categoría, no se acababa de ser ese equipo rompedor que liderara la Segunda división. Hacía falta un fichaje ilusionante y aunque Wuttke apenas tenía palmarés, sí que habían llegado los ecos de su calidad como organizador y como lanzador a balón parado, sobre todo de faltas.
Wuttke trasladó al Espanyol el mismo carácter rebelde, y su querencia por el buen beber y el mejor fumar, que ya le caracterizó en Alemania. Pero su calidad fue decisiva para conseguir el ansiado ascenso. El club perico alcanzó los puestos de promoción a Primera y en una agónica eliminatoria contra el Málaga lo consiguió.
Gala nos recuerda las pugnas que tuvo el jugador alemán con Luis Aragonés, que fue el técnico en su segunda temporada en el club perico. Ambos eran personas de carácter fuerte, y sus disputas fueron sonadas. Y que Wuttke se había ganado un lugar en el corazón de la afición blanquiazul por su calidad, pero también por su bonhomía. Jugó una tercera temporada en el club, pero su salida fue traumática, dado que la llegada de los cuatro jugadores rusos que Julio Pardo ficho en el mercado de invierno de la temporada 1991-92 para remediar la enésima crisis deportiva del club, le dejó sin sitio.
Wuttke fue un jugador que estuvo dos temporadas y media en el club, pero a día de hoy sigue siendo recordado por cariño por una afición que vivió sus momentos más duros en aquellos años. Esta obra nos recuerda toda la vida profesional de un futbolista rebelde, que entendía el fútbol como un placer más de la vida, pero no el único. Un indisciplinado con encanto.
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