Hace unos meses Alfonso Guerra reflexionó en la televisión autonómica andaluza sobre la relación entre la izquierda y el concepto de España.
El ex vicepresidente del Gobierno criticó como algunos sectores progresistas se estaban alejando de la ciudadanía por no entender que a muchos españoles les gusta su país y les encanta manifestarlo.
Guerra llamó «paletos» a los que renegaban de los símbolos comunes de todos los españoles y afirmó que muchos políticos de la Segunda República se sentían españoles y amaban a su país.
Y aseguró que «en España, si alguien grita ‘visca Catalunya’ es épìco, si dice ‘gora Euskadi’, es un héroe y si dice ‘viva España’, es un facha».
Esta reflexión es más necesaria que nunca en un momento en el que parte de la izquierda está tentada en construir un frente común con formaciones que tienen como objetivo principal destruir España.
Estas formaciones nacionalistas, basadas en crear ciudadanos de primera y de segunda en sus comunidades en función de su apoyo a la causa disgregadora, solo buscan crear desigualdades, no combatirlas.
De ahí que palabras como las de Guerra merezcan ser escuchadas. Solo desde el respeto a la igualdad entre todos los españoles se podrá construir un país mejor.
Comentario editorial de elCatalán.es
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