Pedro Sánchez se suma a la propaganda internacional del Independentismo para desautorizar la sentencia del Tribunal Supremo por sedición en Europa. Todos los esfuerzos del Juez Pablo Llarena, del Tribunal Supremo, fiscales y embajadores del Estado Español realizados para activar la euroorden de extracción del prófugo Puigdemont y del resto de sediciosos fugados, han quedado desautorizados por el Presidente de España y su gobierno. Algo inaudito, impropio de quien juró cumplir y hacer cumplir la Constitución. Y un triunfo sin precedentes de la leyenda negra de los nacionalistas contra España.
Además de mentir, y mentir para justificar su felonía, pretende colar que sus cesiones a los independentistas han logrado reducir la conflictividad en Cataluña. La teoría de la desinflamación. Además de ser mentira, es un espejismo. Lo que zanjó el envalentonamiento secesionista fue el artículo 155, y la sentencia del Tribunal Supremo con delitos de cárcel. Y lo que había alentado a la realización de referéndums ilegales, y a la declaración de independencia, fue la política de apaciguamiento y cesiones cada vez mayores al mundo nacionalista catalán. Ni una sola de las aspiraciones del independentismo se han neutralizado, muy al contrario, todas, empezando por los indultos, que se negaron incluso a pedir, todas se han mantenido, o incluso aumentado.
Como por ejemplo, desjudicializar la política, la exigencia de amnistía, al derecho de autodeterminación y referéndum de independencia. Por supuesto, y mientras tanto, se han pasado por la entrepierna la sentencia del TSJC y el TS sobre el derecho al 25 % de horas en castellano, con una ley ex profeso impuesta con los votos a favor del PSC en el Parlamento de Cataluña para excluir los derechos lingüísticos de la mayoría de catalanes que la tienen por propia.
En una cosa tiene razón este Fernando VII sin corona, los nacionalistas catalanes están más modositos. ¿Cómo no estarlo si el trabajo sucio se lo garantiza el propio gobierno de España? ¿Cómo no estarlo, si sus objetivos están siendo obtenidos sin oposición? Vamos, que el presidente de España une sosiego social en Cataluña con cesiones. Como el novio de la novia amenazado por una manada de violadores en un descampado: “Monste, por favor, relájate y disfruta y estos señores no te harán daño”. Efectivamente, no se resistió y la pasaron por la piedra. Es una opción, sin duda. Lo que no sabemos es cómo volvió la mujer a su vida, qué relación posterior les espera, ni qué consecuencias tendría esa actitud como criterio general en un Estado de Derecho donde el delito se combatiera con la sumisión al delincuente.
Sus mentiras, las de Sánchez, son tan descaradas y obscenas que da vergüenza ajena desmontarlas. Pero debemos procurarlo, porque si no lo hacemos, su máquina de propaganda, unida ahora sí, con la de los nacionalistas, acabarán con cualquier valor político que da sentido a la verdad y a la democracia.
Hace menos de un mes, Teresa Freixes nos detallaba en qué consistía el delito de sedición en Europa y qué significaba el empeño de Sánchez por abolirlo: “Decía Kelsen que un golpe de estado no siempre se realiza mediante un levantamiento armado comportando el uso de la fuerza, sino que puede también darse cuando ilegalmente se sustituye el orden jurídico-constitucional por otro, sin tener en cuenta los procedimientos establecidos. No lo planteaba como mera hipótesis. Pudo comprobarlo personalmente en 1933, con la aprobación, en el Reichstag, de la Ley habilitante por la que se orilló el régimen constitucional de Weimar para sustituirlo por el del nacionalsocialismo. No hizo falta levantamiento militar, ni algaradas más allá de las habituales del momento, ni nada similar a la toma de la Bastilla o del Palacio de Invierno”.
Es importante que complete su lectura en “Sedición, Derecho penal de autor y confundir al personal”, de Teresa Freixes. Como útil escuchar a Carlos Alsina en su editorial de Onda Cero de este viernes a las ocho de la mañana, donde desnuda las falacias y mentiras de este sujeto que tenemos por presidente. Es imprescindible tomar partido por la honestidad, o las mentiras acabarán haciéndonos más daño como sociedad política, que la propia eliminación del delito de sedición.
Quizás lo peor, es constatar con descarnada evidencia, la causa de la navajada a la soberanía española. La dejó subrayada el presidente de la Generalidad, Pere Aragonés en la rueda de prensa de esta mañana: “Hemos llegado a un acuerdo con el gobierno del Estado para derogar el delito de sedición”. Si alguien tenía alguna duda de que Pedro Sánchez estaba vendiendo España a parcelas para sacar adelante los presupuestos y seguir un año más en el poder, su socio se las disipó de golpe. Con puñalada por la espalda, incluida; lo dejó en evidencia ante toda España. Exactamente lo que el testaferro de Junqueras buscaba para consumo interno: dejar alto y claro, que la estrategia de ERC era la acertada. Objetivo, noquear a sus rivales Junts per Catalunya y a Puigdemont, para lograr la hegemonía electoral que un día tuvo CiU.
Cómo para fiarse de estos cuatreros. ¿Qué hemos hecho los españoles para tener a semejantes sátrapas dirigiendo nuestras vidas?
A Pedro Sánchez le acabará saliendo mal tanto despropósito. Si se presentara a las elecciones con un partido sanchista y nuevas siglas, sin las siglas del PSOE, ¿alguien en España le votaría? Pues eso, al final los responsables somos los que votamos.
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