Este domingo no pinta bien para la Resistencia al secesionismo: todo apunta a que las áreas que votan constitucionalista van a tener mucha más abstención que las separatistas. El miedo al virus, el desencanto tras demasiados años de ‘procés’ sin que se haya puesto en jaque el poder independentista en las instituciones, la incapacidad de los partidos no nacionalistas para crear una alternativa viable al nacionalismo ha desmovilizado a una amplia capa de votantes.
Pero hay que convencer a estos votantes no nacionalistas que vayan a votar, porque nos jugamos mucho. El separatismo, a pesar de que sus partidos han arruinado económicamente a Cataluña, y han gestionado tan mal la pandemia que se ha producido una auténtica masacre en las residencias de ancianos, sigue movilizado alrededor de sus «presos. Además cuenta con una TV3 que lanza eficazmente cada día sus consignas, que luego son reproducidas por una miriada de digitales, radios y diarios de papel.
Si nos rendimos y no votamos, les regalaremos una mayoría tan aplastante que seguirán avanzando hasta su único objetivo: hacernos tragar a los millones de catalanes no independentistas la ‘estelada’ para desayunar, comer, merendar y cenar. De ahí que sea imprescindible que cada uno vote al partido que considere más fiable para plantar cara al independentismo, que vaya a plantar cara y se niegue a aceptar que los que han intentado dar un golpe de Estado contra nuestra democracia sigan atentando contra los derechos cívicos de los catalanes no nacionalistas.
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