José Luis Garci es toda una institución cinematográfica. Erudito del cine y brillante analista. En su haber figura ser el primer director español en haber obtenido un Oscar (en 1983 por “Volver a empezar”). Es un hombre que transmite entusiasmo cuando habla de cine, en sus múltiples facetas: director, guionista, ensayista… Ha dejado de dirigir hace años, pero no malgasta su tiempo: escribe, y presenta un programa de cine en 13 TV: “Classics”, además de intervenir en el programa “De pe a pa” en RNE, y dirigir- también en radio- “Cowboy de medianoche” de esRadio.
¿Por qué se retiró, en lo que respecta a la dirección?
Llega un momento en que ya no te llaman, lo que tú escribes no interesa. Pero le ocurre a mucha gente: Mario Camus estuvo mucho tiempo tratando de volver a hacer una película. Y otros tantos: podría citarle a Gonzalo Suárez o Pedro Olea (entre otros). Lo difícil no es tener una idea para hacer una película, sino contar con el dinero para hacerlo (ríe).
Y mientras, se entretiene haciendo programas de televisión sobre cine.
Dirijo y presento desde octubre del 2021 “Classics” en 13TV los sábados, rescatando grandes películas con posterior coloquio. Algo así como el programa que hice en su día en TVE “¡Qué grande es el cine!, del que guardo grato recuerdo. Y si ahora, consigo que una chica de 17 años se interese por el cine, viendo alguna de las películas que pasamos, ¡estupendo! Se trata de hacer algo ameno, intercalando el hablar de música, libros…
¿Qué le pareció la gala de los Goya hace dos semanas?
Si le digo la verdad, no la vi…Estaba presenciando ese sábado un partido del Atleti (de Madrid) o una velada de boxeo (porque comento combates en la emisora esRadio) ¡Pero es que tampoco veo los Óscars! Ya no son lo mismo: antes eran sólo cinco películas y ahora son veinte.
Pues el único director español que ha ganado uno.
Y estoy orgulloso (no lo niego) de haber sido el primer director en conseguir un premio de ese calibre por un filme en lengua española.
Incertidumbre
¿Cómo ha vivido este prolongado tiempo de pandemia?
Me retiré a vivir a Guadalmina (cerca de Marbella) y ahora lo alterno con Madrid. Me ha servido para leer, escribir, llevo dos libros publicados: “El toque Lubitsch” y “Lo que el viento se llevó”.
¿Sintió miedo en algún momento?
Más que miedo, incertidumbre, porque no sabíamos lo que iba a pasar. Más que por mí, estaba preocupado por la gente cercana: mis hijas, los amigos. Y gente cercana que, por desgracia se nos ha ido…
¿Se ha gestionado bien desde el poder?
Si lo pregunta por el constante cambio de criterio sobre las mascarillas o las cuarentenas, la verdad es que no se sabía nada, era un escenario nuevo e inesperado. Como una película de ciencia ficción. Y las normas hay que respetarlas, como los semáforos en las calles, si no ¡esto sería la jungla!
¿Podría juzgar el actual momento político, y la crispación que se respira?
Siento decepcionarle, pero hace mucho tiempo que no hablo de política no me interesa nada, ni siquiera la actualidad…
Pero sabrá lo del intento que hubo de independencia en Cataluña…
Quiero mucho a Barcelona y su gente, y no entiendo que se quieran separar. Tampoco sé cuántos son realmente los que lo desean, habría que investigarlo… Me extraña, por ejemplo, que un idioma que hablan 300 millones de personas, el de Lope de Vega o Cervantes, se esté arrinconando. Todo esto me pilla ya muy mayor, y más si acaba desintegrándose el país.
¿Se ve reflejado en la España actual?
Soy, creo, de la última generación que estudió la Historia de España como tal: la que decía que limitaba al Norte con el Cantábrico, o con el País Vasco… España es como un traje usado, con los bolsillos rotos. Y la solución no es llevarla al tinte. Soy español, me siento español, tanto si estoy en el País Vasco, en Galicia, o Cataluña
De la Barcelona actual ¿añora algo especialmente?
Bueno, sigue existiendo el Dry Martini, uno de mis lugares predilectos. Como lo eran sitios desaparecidos, como el Circo Price (donde veía combates de boxeo), el restaurante Can Costa, o el Cine Florida, donde vi “2.001: una odisea en el espacio” (creo que ahora se llama Renoir Floridablanca). Recuerdo que compraba el periódico en las Ramblas, a las 3 de la madrugada.
En sus películas “Asignatura pendiente” o “Solos en la madrugada” reflejó el espíritu de la Transición ¿Eran aquellos unos políticos diferentes a los de ahora?
Digamos que eran otros tiempos… Veníamos de la dictadura, y todo el mundo arrimó el hombro para hacer la Transición y levantar el país sin pelearse, que es nuestro sino. En España hoy en día no nos queremos, y se ha instalado el espíritu sectario en la política. Nadie de la derecha reconoce algo bien hecho en la izquierda, y viceversa. Estamos inmersos en el odio. Y eso se traslada a los artistas, a los escritores… Añoro la fraternidad (aunque sea una palabra en desuso).
Me citaba una de sus aficiones: el boxeo, que no está bien visto en lo denominado “políticamente correcto”.
A estas alturas de la película ¡me da igual! Me encanta el boxeo y seguiré yendo. El otro día estuve viendo un combate en el Wizink Center. Y le diré una cosa: en toda mi vida asistiendo a ese deporte, jamás he visto un episodio violento (cosa que no se puede decir de otros espectáculos deportivos)
¿Cómo lleva la temporada del Atlético de Madrid?
Primero, le aclaro que también soy del Sporting, aunque nací en Madrid. Y tampoco soy antimadridista. El fútbol ha cambiado mucho, y no me aclaro mucho con lo del VAR, porque es difícil saber quién está en línea, por ejemplo.
También se le ha visto en los toros.
Sí, a veces con mi amigo Sánchez Dragó. No soy aficionado, pero he tenido la fortuna de ver tardes cumbre de Curro Romero o José Tomás en Las Ventas. Esas tardes parece que se para el tiempo.
Volviendo a “Solos en la madrugada”, reflejaba el mundo de la radio.
Es que yo he nacido con la radio, es como un hermano… Piense que en casa no tuvimos televisión hasta que tuve 17 años. “Solos en la madrugada” fue el embrión del programa nocturno e intimista que hizo “El loco de la colina”.
¿Ha cambiado mucho el medio?
Hay que distinguir sobre esos programas nocturnos e intimistas, y los magacines de la mañana o tarde, la radio convencional. A mí me gusta un tipo de programa donde tenga cabida el cine, los libros, en definitiva la cultura. Procuro hacerlo en el programa que dirijo, “Cowboys de la medianoche” de esRadio. Y en “Campo de Gas” de la misma cadena, comento combates de boxeo.
¿A quién admira en la radio?
Hasta que se retiró, a Iñaki Gabilondo. Actualmente sigo a Herrera, que es un tipo cercano, afectuoso y equilibrado. Por las tardes soy fiel seguidor del programa de Ángel Expósito: un gran periodista.
Móvil
¿Es posible sobrevivir sin tener utilizar las redes sociales?
Ya sabe que yo no tengo móvil, ni correo electrónico. Quien quiera, puede localizarme por teléfono, en el fijo. Y cuando voy a mi productora o a la radio, encuentro teléfonos para utilizar. Por cierto, tengo amigos que utilizan tres teléfonos móviles.
¿Lo aprueba?
No estoy en contra de las redes, en ese sentido. Me parece fabuloso que observar a un chaval en el Metro viendo “Ciudadano Kane” en su móvil, o incluso leyendo un libro. Las redes, en general, imagino que deben ser como “El lejano Oeste”, donde no hay reglas, y cada uno escribe lo que quiere. Al no tenerlas, desconozco lo que dicen de mi…
¿Usted “milita” en el cine?
Es mi pasión. Y en cuanto a la política, siempre he sido independiente. Lo mismo he hecho películas como “Asignatura pendiente” (donde se tocaba la política) como “Canción de cuna”. Y tanto una película como “El abuelo”, inspirada en la novela de Galdós, que una historia sobre Sherlock Holmes. Nunca he sufrido censura, y siempre he hecho lo que he querido. Volviendo a su pregunta, soy un independiente militante, o sea que no milito en nada.
¿Le gustan las películas antiguas?
Me decanto por el cine clásico, pero estoy al corriente de todo lo que se estrena. La última película española que me ha gustado es “El amor en su lugar“, del cineasta Rodrigo Cortés.
¿Se considera nostálgico?
En cierta forma si, algún gen tengo a ese respecto. Siento nostalgia de obras, de películas que he hecho y que- con las actuales tecnologías- son difíciles de recuperar…Pero no soy de los que miran constantemente atrás.
O sea que cualquier tiempo pasado, no fue necesariamente mejor…
Una entrevista de José R. Palomar
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