Ya llegó el primer cóctel molotov, artefacto que causa un alto riesgo incluso para la persona que lo lanza. Veremos cómo evoluciona esta situación, pero desde Politeia ponemos en duda que la lógica que marcaría dejar las decisiones técnicas a los técnicos, es mucha aspiración.
Ya a finales de 2017 desde nuestra asociación entendimos la necesidad de solicitar medidas de refuerzo para las unidades de orden público y seguridad ciudadana. Cuando publicamos la nota que sigue con el título: ‘se terminó la paz social’.
A fecha de hoy, de aquella propuesta no queda ni la aplicación del aireado nuevo modelo de orden público. Del que muchas medidas ni se han aplicado, aunque ya galopa el mismo concepto, pero sin haber terminado de implantar el anterior. Cómo lo llamamos nuevo modelo de orden público 2.0 o 1.5.
También entre las muchas frases ya acostumbradas a escuchar, se ha oído si es necesario solicitaremos apoyo a las FCSE. Pues sonar no suena mal, pero ayer de poco lo lamentamos gravemente. No solo el compañero de la GU de Barcelona, tranquilamente el autor del lanzamiento se podría haber rociado el mismo de líquido inflamable, alcanzar a un periodista o a cualquier otra persona.
Demostrado está que los compañero de dispositivos y Brigada móvil están más que capacitados para gestionar el orden y la seguridad en situaciones como la de ayer. ¿Entonces qué es lo que pasa?
Podemos leer hoy en e-noticies la siguiente noticia.
La esencia del problema no solamente surge de la idea de un cargo superior policial. Recursos materiales, humanos y de coordinación no faltan. Siempre teniendo presente que la capacidad de análisis de los servicios encargados sea acertada, que acostumbra a serlo. ¿Entonces qué es lo que pasa? Pasar, algo pasa.
No se trata de convocar a la prensa e indignarse al hacer declaraciones, alguna cosa más tendrán que hacer los responsables no técnicos. El orden público es complejo de gestionar pero el CME tiene la suficiente capacidad para afrontarlo, pero le tendrán que dejar hacerlo.
Se suele escuchar que se han de repensar muchas cosas en el modelo policial catalán, pues podemos asegurar que quizás sea una sola cosa, concretamente si el gobierno autónomo tiene una policía y la quiere, será para que ejerza de policía.
Dejando otoños cercanos atrás, vistas las dejaciones, si la Generalitat tiene policía propia por otros motivos quizás no tardemos en volver a vivir aplicaciones de artículos de la CE de redirección del mando de CME o una verdadera retirada de competencias parcial o total en la policía autónoma. Frase, la de retirada de competencias, muy repetida estos años entre la cúpula policial. En fin, una lástima.
Parece que en el fondo se quiera conseguir eso, y así todos contentos con fuerzas de ocupación modelo de toda la vida. Entonces con toda tranquilidad y habitualidad podremos cargar la culpa a Madrid, otro gran clásico. Y seguir liándola parda sin ningún tipo de complejo desde un punto de vista antropológico.
Que lo repiensen bien, pero que no tarden mucho en pensarlo. Al parecer el mundo nos sigue mirando y de bastante lejos. Se marca a Barcelona como lugar de riesgo para el turismo y la suma de la situación actual junto con la pandemia económica que nos va a dejar el COVID quizás el modelo a replantearse es primero el de la gestión ejecutiva, y seguidamente a la hora de revisar las actuaciones, yendo un poco más allá, de las conocidas comisiones parlamentarias que no nos traen más que las mismas frases una y otra vez. Mientras tanto, que las calles sigan ardiendo o quizás algo futuro peor.
A ver qué tal la reunión de mañana lunes, os recuerdo que hoy es domingo.
Jordi Martínez Pérez. Vicepresidente ejecutivo de Politeia
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.