Uno de los mantras que mi padre insistentemente me repetía cuando alcancé la adolescencia era el siguiente: “Hijo, estudia, porque en este país sin un título no vas a ningún lado”.
Él, mi padre, que había aterrizado en Cataluña para trabajar a la cruda edad de 11 años y que no tuvo la oportunidad de dedicarle tiempo a obtener ni tan siquiera la educación básica, tan sólo tenía la obsesión de ver cómo su hijo obtenía un título universitario que le permitiese realizarse vital y profesionalmente.
En la actualidad algo ha cambiado en nuestra sociedad: el título universitario ha mutado en educación básica y lo mínimo que se necesita para acreditar ‘conocimientos’ es un Postgrado, Máster o Doctorado. Titulitis.
Los políticos, al ser un producto más de la sociedad que aspiran a dirigir, no son (somos) impermeables a tal realidad, cayendo pues en los mismos ‘errores’ que cualquier otro hijo de vecino. La diferencia fundamental es el sometimiento a escrutinio público de los currículums políticos y la sana intolerancia, por parte de la ciudadanía, a la mentira o al ‘cebado’ de los mismos. En ocasiones ese escrutinio público tiene muy poco de análisis certero y mucho de propaganda que pretende derribar al adversario político a cualquier precio.
Y es justamente ahí, cuando un político es acusado de haber inflado sus credenciales, cuando se vislumbra quién es honesto y quién no lo es; quién no tiene nada de lo que avergonzarse, mostrando la documentación de que disponga y defendiéndose en los Tribunales cuando así se le requiera, y quién tiene mucho que ocultar, el cual se dedica a amenazar a medios de comunicación y utilizar todos los medios de un Gobierno para taparle sus vergüenzas. Es la diferencia entre Pablo Casado y Pedro Sánchez. Es la diferencia entre el liderazgo ganado a pulso y el liderazgo hipotecado a separatistas y comunistas.
Ese doble rasero no sólo existe en lo que a titulitis concierne, sino a todos los ámbitos de la vida política de este país. Y si no lo creen, prueben a llamar ‘maricón’ a cualquier persona tal y como ha hecho la Ministra de Justicia, Doña Dolores Delgado, a su compi y Ministro del Interior, Don Fernando Grande-Marlaska.
Alex Rodríguez Ulloa. Portavoz del PP en Terrassa
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