La improvisación o falta de criterio del gobierno de la Generalidad catalana así como los decretos y contra decretos y las encuestas sobre los posibles resultados de las elecciones catalanas nos están inundando de declaraciones interesada, ríos de tinta y artículos de opinión como éste.
Disponiendo de informes sobre la conveniencia de celebrarlas o no en la previsible situación de la tercera ola (que todos sabíamos que iba a venir) y disponiendo también de estudios que determinaban las medidas que habría que tomar para poderme celebrarlas, el gobierno independentista las convoca para después retrasarlas diciendo que mejor el 30 de mayo, y, cuando el TSJC considera que, en principio, debe mantenerse la fecha del 14-F se rasgan las vestiduras y lo acusan poco menos que de asesino.
Pero la realidad que he visto yo en los colegios electorales a lo largo de estos años de democracia hace que haya decidido que si se mantiene la fecha del 14 de febrero diga que yo iré a votar.
Mis razones:
Porque estos días he leído en algunos periódicos digitales las normas previstas de seguridad en el sentido de que en ningún momento se producirá contacto ni siquiera al verificar el DNI, que se mantendrá la distancia de seguridad, que se dispondrá de guantes y gel, que habrá franjas horarias de según el nivel de riesgo de contagio y que en la ultima franja (la de mayor riesgo) las personas de las mesas irán incluso con EPI’s, etc..
Porque el voto por correo elimina cualquier posibilidad de contagio usando guantes los miembros de las mesas.
Porque la inmensa mayoría puede traer el voto de casa y al llegar simplemente enseñar el DNI y depositarlo en la urna.
Porque basta con que se haga cola (manteniendo la distancia de seguridad) en el exterior del edificio como ya hacemos en las tiendas y en las entradas de los centros educativos.
Porque suelen celebrarse en colegios o edificios públicos en que se dispone de múltiples salas que permiten distribuir una mesa por sala y también una buena ventilación.
Porque los funcionarios municipales son perfectamente capaces de ayudar a saber la cola que corresponde a cada mesa.
Porque las aglomeraciones que se producen suelen ser de personas que se quedan hablando dentro del colegio electoral, lo cual ya esta prohibido pues solo se puede entrar a votar y una vez depositado el voto se debe abandonar la sala.
Porque la policía municipal y autonómica son perfectamente capaces de garantizar los protocolos de seguridad y la normativa vigente en los colegios electorales.
Porque la época de la picaresca del inicio de la democracia ya ha pasado y hoy en día la función de los apoderados e interventores es más la de una presencia recordatoria para los indecisos que otra cosa, y porque en el recuento ya no se les permite tocar las papeletas si no solamente observar, por lo cual con uno por mesa basta y sobra, además en la situación actual de COVID y desafección política no creo que haya una avalancha de voluntarios, mas bien serán escasos.
Porque no me fio de que en mayo siga saliendo el Sr. Simón diciendo en la televisión que estamos en el pico de la cuarta ola pero que ya estamos bajando.
Porque si ERC decidió esa fecha ahora no tiene derecho a cambiarla porque a ellos no les interese por el llamado efecto Illa (y conste que yo no votaré PSC).
Por todo ello y porque Cataluña tiene que decidir de una vez por todas si quiere ir al abismo de una ruinosa independencia o volver al seny y encarar la salida de la crisis sanitaria, social y económica en que estamos inmersos y para eso ya llegamos tarde.
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