El Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat, que formó parte del ejército de Franco, sufrió el mayor número de bajas en porcentaje durante la Guerra Civil, basta con recodar como el 19 de agosto de 1938, durante el asalto a la cota 481, durante la batalla del Ebro en el sur de Cataluña, tuvo cincuenta y ocho muertos y 170 heridos. Previamente había conseguido la Cruz Laureada de San Fernando en agosto del 37, durante la defensa de la localidad zaragozana de Codo.
Su vinculación con la Iglesia católica catalana, a la que defendieron durante la contienda, les llevó a erigir un monumento tras acabar la Guerra en los aledaños del Monasterio de Montserrat. Era una estatua que mostraba a un soldado requeté malherido, que sostenía la bandera de España, y que estaba frente a una cripta en la que reposan 319 militares fallecidos durante la contienda, muchos de ellos carlistas. Dicho monumento tenía una placa en la que se podía leer “Recuerda su ejemplo y sacrificio. Tercio de Requetés Nuestra Señora de Montserrat. 1936-1939”.
Esta estatua ha sido retirada, víctima de la ofensiva de los partidos que defienden lo que denominan ‘memoria histórica’, En 2018 PSC, ERC y Junts maniobraron en el Parlament para que se quitara la estatua de su actual emplazamiento lo antes posible. Aunque la Abadía de Montserrat propuso a la Generalitat “contextualizar” el monumento y cambiar la placa original con una inscripción más del agrado de los responsables de la Memoria Democrática, el 28 de octubre del pasado año la Comisión de Justicia del Parlament aprobó una resolución en la que instaba a “hacer las gestiones necesarias para retirar, lo antes posible, la escultura figurativa y conservarla”.
Las autoridades eclesiásticas de Montserrat decidieron adelantarse y retirar el monumento antes que les obligaran. E informaron a la Hermandad del Tercio de Montserrat que dicha estatua está guardada. Este hecho ha levantado una gran indignación entre los sectores tradicionalistas catalanes, que lo han considerado una “traición” cuando los caídos de la cripta murieron por defender la fe católica, y han iniciado una campaña de recogida de firmas en la plataforma change.org para exigir la restauración del monumento que ha conseguido en el momento de redactar esta pieza cerca de mil quinientos apoyos. El profesor universitario Javier Barraycoa, uno de los referentes del tradicionalismo a nivel nacional, ha protestado públicamente por la retirada del monumento.
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