Este pasado jueves ha cerrado de forma definitiva la planta de la multinacional Bosch en Lliçà d’Amunt para trasladar su producción a la fábrica de Wroclaw, en Polonia. La empresa ya cesó su producción en la fábrica el 24 de abril y ahora sólo se realizaban tareas administrativas.
De los 336 empleados que esta empresa de ingeniería y tecnología tenía cuando anunció el cierre, 60 los contratará a partir de este mes de septiembre la francesa Barat Alte, que prevé invertir entre 5 y 6 millones en reindustrializar la planta.
Los 60 futuros trabajadores de Barat Alte se elegirán entre 113 candidatos, y los que no sean seleccionados buscarán reconvertirse profesionalmente con el asesoramiento de la empresa especializada en recolocaciones Lee Hecht Harrison, según han explicado a Efe fuentes sindicales.
El resto de plantilla ha decidido no optar a estas plazas por varias razones, como por ejemplo jubilaciones o porque ya han encontrado otro empleo.
La noticia comunicada por BOSCH fue un nuevo golpe para la industria de la automoción en Cataluña, después de que en meses anteriores anunciaran su cierre compañías del sector como Nissan (2.525 bajas), TE Connectivity (248), Faurecia (160) o U-Shin (72).
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