Este jueves la economía catalana vuelve a llevarse un nuevo varapalo. Bosch ha anunciado el cierre de su fábrica en Lliçà d’Amunt y con ello el despido de 366 personas.
La decisión ha sido comunicada por la dirección de la empresa esta misma mañana a los trabajadores. El cierre se llevará cabo antes de finales de año, cabe destacar que en esta fábrica se producen mecanismos de frenado para automóviles.
La clausura de la actividad se produce solo cinco meses después de que la compañía optara por el cierre de la otra fábrica que tenía ubicada en Castellet i la Gornal. Entre las dos empresas el número de trabajadores afectados es de 636 personas.
Yolanda Funes, secretaria del sector Auto UGT-FICA de Cataluña, ha explicado que el cierre de las dos fábricas con tan poca diferencia de tiempo muestra que forma parte de una «estrategia» de la compañía. Con la marcha de Bosch la situación económica de Cataluña recibe un nuevo varapalo, mientras en el Govern siguen hablando de independencia y enfrentamiento.
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