El RCDE Stadium corre el riesgo, en los próximos partidos que vienen, que se convierta en la enésima demostración de la ruptura social que existe en Cataluña, causada por los intentos secesionistas de romper el sistema democrático de nuestro país, España.
Es difícil en el ambiente social que estamos viviendo en estas fechas olvidar los sentimientos que cada uno tiene, y la tentación de llevar al estadio banderas que no son la blanquiazul es más que evidente para muchos.
Pero creo que es un error. Es bueno que haya espacios de tregua, en el que unos y otros comparten cosas que no tienen nada que ver con las ideas políticas o sociales. Es más que posible que el socio perico que se sienta a mi lado, o tres filas más atrás, sea independentista. Y yo no lo soy en absoluto.
Y viceversa, un socio perico que en su pueblo ha llenado su balcón de ‘esteladas’, tendrá en la fila de abajo a otro que ha puesto una bandera rojigualda. Pero en el estadio del RCD Espanyol todos vamos a animar al RCD Espanyol. Y es bueno que así siga siendo.
Respeto los deseos de los que quieran llevar la bandera de España, o la estelada, o la bandera pirata, o la bandera de Moderdonia, porque España es un país democrático que consagra la libertad de pensamiento.
Claro está que de los dos principales símbolos en juego en la pugna política en Cataluña uno es la bandera legal de nuestro país, España, y el otro es una bandera anticonstitucional que quiere romper nuestra nación, pero nos guste o no (y a mí no me gusta, no lo voy a ocultar) la estelada representa a centenares de miles de catalanes.
Y bastante marginados estamos habitualmente los pericos para encima pelearnos entre nosotros por nuestras ideas políticas.
Insisto, no soy nadie para decir a la gente que bandera ha de llevar al estadio. España es un país libre. Y Cataluña es, guste o no a muchos, España. Pero, en mi modesta opinión, por el bien del RCD Espanyol, en el RCDE Stadium, solo la blanquiazul.
Sergio Fidalgo
Sergio Fidalgo relata en el libro 'TV3, el tamborilero del Bruc del procés' como a los sones del 'tambor' de la tele de la Generalitat muchos catalanes hacen piña alrededor de los líderes separatistas y compran todo su argumentario. Jordi Cañas, Regina Farré, Joan Ferran, Teresa Freixes, Joan López Alegre, Ferran Monegal, Julia Moreno, David Pérez, Xavier Rius y Daniel Sirera dan su visión sobre un medio que debería ser un servicio público, pero que se ha convertido en una herramienta de propaganda que ignora a más de la mitad de Cataluña. En este enlace de Amazon pueden comprar el libro.
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