Defendemos a la Monarquía frente a los populismos y separatismos que intentan acabar con la unidad de España y su condición de Estado democrático y de derecho. Estos partidos rupturistas saben que el primer paso para alcanzar sus objetivos políticos es acabar con la Casa Real.
Después vendrá el desmantelamiento del país para trocearlo en territorios regidos por castas que distinguen entre los «nuestros» y los «desafectos», entre los «auténticos catalanes» (o vascos, o gallegos, o…) y los «colonos». Los primeros tendrían todos los derechos políticos y los segundos serían invitados a coger la maleta y abandonar la ‘República’ catalana, vasca o la que sea menester.
Defender a Felipe VI es defender la condición de España como Estado democrático y de derecho en el que todos los españoles somos iguales ante la Ley. Y creemos firmemente que la Monarquía constitucional que tenemos en la actualidad garantiza nuestras libertades.
El problema es que hasta el PSOE se empeña en intentar ensombrecer la figura el Rey, con numeritos como mandar al imputado fiscal general del Estado al acto de inauguración del año judicial que presidia Felipe VI. La actitud de continuo desprecio de Pedro Sánchez hacia el Jefe del Estado hace más necesario que nunca que todos los españoles que creen en la Constitución arropen a la Casa Real.
El compromiso del Rey con la Constitución no es solo institucional, sino también personal. Cada discurso y cada intervención pública ponen de manifiesto su defensa de los valores democráticos y su convicción de que la Carta Magna es el marco de convivencia que garantiza los derechos y libertades de todos los ciudadanos.
En momentos de crisis, el papel del monarca ha sido decisivo. Su discurso del 3 de octubre de 2017, en defensa del orden constitucional, con el mensaje a los catalanes constitucionalistas de «no estáis solos», marcó un antes y un después en su reinado, reafirmando que el Rey está al servicio de la democracia y de la legalidad. Ese mensaje, recordado todavía hoy, consolidó su imagen de jefe de Estado firme ante cualquier intento de quebrar la unidad nacional. Lástima que Sánchez se cargara el simbolismo del mensaje con los indultos y la amnistía a los golpistas separatistas.
Felipe VI representa, en definitiva, la figura de un Rey moderno, preparado y comprometido con el futuro de España. Su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos y su lealtad a los principios constitucionales lo convierten en una referencia de estabilidad en un contexto político convulso.
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