El proceso separatista como una oleada de chapapote que ha invadido Cataluña. Esta es la gran metáfora de ‘Señor Ruiseñor’, la obra de Els Joglars que tiene la cosmovisión de Santiago Rusiñol como hilo conductor para elaborar una corrosiva, y eficaz, crítica de todos los males que el separatismo ha producido a la sociedad catalana. Están hasta el 6 de junio en el barcelonés Teatro Apolo y no deberían perdérselo.
No solo porque disfrutarán, también porque ir a ver a Els Joglars es un acto de militancia de la Resistencia contra el separatismo. Los seis ‘botiflers’ que están sobre el escenario dicen lo que millones de catalanes que están hartos del nacionalismo piensan y sienten. No en vano esta compañía, una de las más prestigiosas de Europa, se ha convertido en la auténtica bicha del pujolismo de Pujol, del post-pujolismo de Junqueras y de lunático que vive en Waterloo.
La obsesión nacionalista con la «identidad catalana», que tuvo su máxima expresión en los racistas supremacistas que median cráneos a principios del siglo XX para demostrar la superioridad mental de los catalanes, es destrozada sin piedad, de manera eficaz, por Ramón Fontseré y sus compañeros de aventuras. En este espectáculo se reirán, se indignarán, se emocionarán y, sobre todo, se desfogarán.
Solo están hasta el 6 de junio en Barcelona. No se lo pierdan, en serio. Cada butaca llena es una patada en los morros a los totalitarios separatistas que se creen que la cultura catalana, y nuestras almas y haciendas, son suyas.
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