El PSC ha adoptado la estrategia de alimentar a Alianza Catalana, la formación de la alcaldesa de Ripoll Silvia Orriols, para desgastar a Junts por su lado derecho y conseguir que la fragmentación del voto independentista le facilite la victoria en las próximas elecciones autonómicas catalanas, que se han de celebrar a más tardar en febrero de 2025.
Para eso va a alimentar el victimismo de esta formación separatista, que es la mejor manera de garantizarle un aumento electoral. La Delegación del Gobierno en Cataluña, que no ha hecho nada para que los ayuntamientos en manos de ERC o Junts cumplan sus obligaciones legales, como tener la foto del Rey en la Sala de Plenos, o que la bandera de España ondee en el consistorio, ha iniciado una ofensiva contra Orriols.
El delegado del Gobierno, Carlos Prieto, el secretario de Organización del PSC en la ciudad de Barcelona, ha ordenado a la subdelegación en Gerona que pida explicaciones al Ayuntamiento de Ripoll ante la publicación de diversas informaciones periodísticas que aseguran que las autoridades municipales de esta ciudad gerundense ralentiza las solicitudes de empadronamiento de migrantes para que se acaben yendo a otras localidades. Le ha dado veinte días a Orriols para que explique su gestión del padrón.
La Delegación del Gobierno, que no solo no impide que muchos ayuntamientos separatistas incumplan leyes, sino que además tampoco pide explicaciones a los consistorios con gobiernos socialistas que tampoco las cumplen – sobre todo la Ley de banderas -, ha iniciado esta ‘ofensiva’ mediática contra Orriols para darle foco mediático y ofrecerle la oportunidad de denunciar que «España me persigue». Prieto es uno de los principales ‘fontaneros’ de Salvador Illa, como responsable de la organización de la principal federación del PSC, la de Barcelona.
Alianza Catalana es una formación hispanófoba e islamófoba que consiguió la alcaldía de la localidad gerundense de Ripoll en las últimas elecciones municipales, y su mensaje esencialista a favor de una Cataluña «catalana» está calando entre el electorado más radical de Junts, decepcionado por los pactos de Carles Puigdemont con Pedro Sánchez.
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