El independentismo cuando el proceso secesionista se encontraba en pleno apogeo repetía hasta la saciedad que Europa sería la solución a todos sus problemas.
Afirmaban sin titubear que la Unión Europea y el mundo les daría la razón en sus ansías de ruptura con el resto de España, pero la realidad es bien diferente, y ni un solo país europeo ha dado apoyo a las tesis y reclamaciones independentistas.
Esta semana hemos visto una performance de la prófuga Clara Ponsatí en la Eurocámara, donde la presidenta en funciones de la cámara le tuvo incluso que cortar el micrófono durante su intervención porque no se estaba ciñendo al orden del día.
Pero es que además el hemiciclo estaba semivacío durante la intervención de Ponsatí, dejando bien a las claras como la inmensa mayoría de los eurodiputados ignoran las soflamas de los líderes secesionistas fugados de la justicia. La realidad es que Europa no tiene interés alguno en el separatismo, por muy estupendos que se pongan en sus proclamas.
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