La persecución contra el español y las personas que libremente lo hablan en Cataluña es una evidencia, y tenemos mil ejemplos de ello. El último lo hemos conocido gracias a una información de Crónica Global.
Un bar de Reus ha recibido una notificación de la Consejería de Trabajo de Tarragona en la cual les amenazan con imponerles una multa de hasta 20.000 euros por no haber atendido a un cliente en castellano. Meses atrás unos clientes denunciaron que fueron atendidos en castellano por un camarero de origen sudamericano y que todavía no dominaba el catalán.
Los propietarios del bar amenazado, según explican los compañeros de Crónica Global, han pedido que no trascienda el nombre de su establecimiento, pero se han mostrado indignados con la posibilidad de ser multados, más teniendo en cuenta la situación económica que se atraviesa.
En el escrito enviado por la Generalitat se le pide al establecimiento que “tome todas las medidas necesarias para garantizar a las personas consumidoras que su establecimiento cumple la legislación vigente y, en consecuencia, que están en condición de atenderlas cuando se expresen en cualquiera de las lenguas oficiales en Cataluña“.
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