Desde este jueves sigo estupefacta la noticia de la detención de un ciudadano en la puerta de su casa, más tarde son tres, al cabo de un rato ya son cinco los detenidos y el viernes por la mañana se confirma que son siete las personas detenidas por limpiar las calles de propaganda separatista acusados de “banda criminal” y delitos de odio.
Si no fuera por lo gravísimo de la situación me daría la risa, delitos de odio por revertir a la neutralidad el espacio público que nunca debió ser ocupado por quienes nos quieren imponer a la mayoría de los catalanes su delirio colectivo.
Las personas detenidas han sido conducidas a un partido judicial que no les corresponde por domicilio, lo que nos podría hacer pensar en una detención política al ser llevados quizás a una competencia territorial donde pudiera ser que hubiere un juez afín a las tesis independentistas y por lo tanto valedor de ocupar el espacio público de propaganda separatista.
Hasta cuándo o dónde está el límite para que los catalanes podamos vivir sin esta inseguridad jurídica…
Yolanda Laspalas
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