El proceso independentista ha dotado de notoriedad a una serie de personajes que, en circunstancias normales, no tendrían ningún tipo de repercusión pública, pero que gracias al fanatismo del separatismo catalán han conseguido destacar en un contexto de fanatismo extremo. En momentos de agitación histórica se prima más la obediencia debida que la capacidad, y los personajes extravagantes del secesionismo han crecido de manera exponencial.
Estos personajes estrafalarios han crecido siguiendo a pies juntillas los mantras más radicales, como el ‘España nos roba’, ‘España es una dictadura’ o el ‘España nos mata. Vamos a hablar de unos cuantos vinculados a Junts, comenzando por Quim Torra, que recordemos como amenazó con expeler ventosidades ante un juez – tenía una vista al día siguiente – tras un ágape gastronómico a base de judías.
Nunca hemos de olvidar que Torra fue el número once de la lista de Junts per Catalunya por la provincia de Barcelona en las elecciones autonómicas del 2017, y que fue escogido a dedo por Carles Puigdemont porque aceptó decir “amén” a todo lo que se ordenara desde Waterloo, sin rechistar y con todo tipo de genuflexiones. Ese fue su único mérito.
Otro personaje extravagante es Josep Costa, que fue vicepresidente primero de la cámara autonómica catalana per JxCAT y que se puso, en medio de una reunión telemática de la Mesa del Parlament, a negociar con Joan García (Cs) para hacer la puñeta a Roger Torrent (ERC), presidente de la cámara. Llamó al dirigente ‘naranja’ por teléfono, apagó el altavoz del ordenador, pero no el micrófono. Costa pensaba que nadie le oía, y todos los miembros de la Mesa disfrutaron de su ‘conspiración’ en directo.
Y no olvidemos a Joan Canadell, número 3 de Junts por Barcelona en las últimas elecciones autonómicas. Recordemos como en plena pandemia mandó tuits diciendo que “España es paro y muerte” o hablando de “la España vaciada”, para comentar que Madrid era la comunidad autónoma con más muertos por coronavirus. Por supuesto, no nos dejamos a Clara Ponsatí. La que fue consejera autonómica de Educación en Cataluña pasará a la historia de los comportamientos miserables con su tuit “De Madrid al cielo”, en el momento que la epidemia golpeaba con más dureza en la capital.
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