Mientras la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, dedica parte de la energías de su equipo de gobierno municipal sobre si participa o da apoyo a la consulta ilegal, un grupo de vecinos del barrio del Raval ha decidido convocar protestas en forma de caceroladas, con periodicidad diaria, frente a puntos de venta de drogas. El jueves por la tarde se celebró la primera ante el número 22 de la calle Roig.
La entidad cívica Acció Raval ha elaborado un mapa con los principales puntos de venta de drogas en este barrio barcelonés, y ha señalado una veintena de locales y pisos en los que han confirmado que se venden este tipo de sustancias ilegales. Fuentes consultadas por elCatalán entre los vecinos han asegurado que el tráfico de estupefacientes han aumentado en el distrito, causando problemas de convivencia y «escenas poco recomendables ante la mirada de todos».
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