Es notorio el desgobierno sufrido en Cataluña desde ya hace demasiados años con un presidente que huye como un cobarde y otro que provoca su inhabilitación con una desobediencia absurda que le permite dejar una presidencia que siempre le vino grande. Y ahora, de nuevo, Cataluña se enfrenta a unas elecciones en las cuales los ciudadanos podrán tener la oportunidad de nuevos horizontes y retos en la investigación de soluciones y oportunidades para nuestra comunidad autónoma.
Los catalanes no nos merecemos más de lo mismo, ni personajes autoelegidos para desgobernar y utilizar mal las instituciones ni cafres al frente de conselleries que deberían estar velando por los intereses de los ciudadanos y no ser utilizadas como altavoces separatistas que, más allá de omitir directamente sus responsabilidades, se dedican a lapidarlas con palabras vacías de soluciones para únicamente tapar su inhábil gestión. Tal incapacidad gubernativa nos hace vivir a todos los catalanes momentos vergonzosos.
En Cataluña hemos vivido un golpe a la democracia y a nuestras libertades, hemos visto como el processisme se ha saltado los reglamentos y las leyes para vulnerar los derechos de todos; episodios continuados de corrupción, manipulación, utilización de los espacios públicos e institucionales, cierre del Parlament, falta de transparencia y derecho a la información… y una retahíla de despropósitos que nos han convertido en una comunidad autónoma secuestrada por una banda que, desde hace muchos años, lo han querido convertir en su cortijo particular. Nunca hubiéramos podido imaginar momentos de vergüenza como el provocado por un presidente gritando “Apreteu, apreteu!” a los radicales!
Si analizamos los departamentos de la Generalitat veremos cómo se mantienen los problemas. No hay ni uno que se salve de la pésima gestión, sin solución y solo gobernados a base de parches que lo dejan todo bajo mínimos. Hemos sufrido una gestión de delincuentes, ineptos e incapaces. Por eso pediría un momento de reflexión a todos los ciudadanos de Cataluña para poder pensar juntos lo que se ha hecho por nosotros desde las instituciones, por nuestro día a día, por el futuro de nuestros hijos y por las oportunidades perdidas a causa del nacionalismo más radical y casposo que, además, alimenta la desobediencia civil para justificar lo injustificable.
Ante este despropósito que ha hecho agonizar a nuestra sociedad, debemos mirar nuevos horizontes, amparados en el constitucionalismo que es la mejor herramienta para garantizar nuestro estado de derecho y permitir la salvaguardia de los derechos y las libertades fundamentales de todos los catalanes. Repito, de todos.
Es hora de una nueva manera de hacer y entender la política desde el respeto institucional y la lealtad a los ciudadanos, donde el Gobierno se vuelque en trabajar y en aportar soluciones con diálogo, consenso y andando de forma conjunta por la vía de las inversiones coherentes, el sentido común en el establecimiento de prioridades y aportante luz, futuro y nuevos horizontes a nuestra sociedad.
Jean Castel. Diputat de Ciutadans (Cs) al Parlament de Catalunya
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