El investigador y colaborador de elcatalan.es, Salvador Caamaño Morado, acaba de publicar “Tarragona 1936. Terror en la retaguardia” (Silva editorial), una revisión crítica de lo que fue la terrible represión del Front Popular, entre 1936 y 1939, en la provincia de Tarragona y más allá en la Cataluña presidida por Lluís Companys. Unos hechos que forman parte del conocido como “terror rojo” producido en la retaguardia de Cataluña, sobre los que desde hace más de cuatro décadas, izquierdistas y nacionalistas han venido imponiendo una especie de “ley del silencio” para ocultarlo.
El libro tiene un excelente prólogo del historiador y profesor de la URV, Pedro A. Heras. Y en la introducción y en el primer capítulo intenta responder también, de forma sucinta, a cuestiones como: ¿Por qué fracasó la Segunda República y se llegó a la Guerra Civil en España?
En el libro aportas una enorme cantidad de datos. ¿Cuánto tiempo has tardado en documentar y escribir esta obra?
En realidad llevo algo más de ocho años trabajando sobre el tema. Aunque el libro fue concebido hace unos dos años, cuando algunos amigos, a partir de los artículos que me venía publicando el Diari de Tarragona y elcatalan.es sobre el asunto, me animaron a que lo escribiera dado el gran interés que para ellos suscitaban, por el gran desconocimiento existente en la actualidad sobre los terribles hechos ocurridos en la retaguardia dominada por el Front Popular. A pesar de que, como dices, aporto una gran cantidad de datos, he querido que el libro no tuviera más de doscientas cincuenta páginas, lo que me ha obligado a tener que dejar mucho material en el tintero.
¿Qué pretendes con la publicación del libro?
El libro tiene un carácter eminentemente divulgativo y no pretende ser un tratado exhaustivo sobre todo lo sucedido, ni recoger todas las barbaridades y los crímenes cometidos en nuestras comarcas por el Front Popular. Trato, a partir del relato de algunos de los hechos más relevantes que tuvieron ya en su momento una cierta repercusión, levantar una especie de acta que de luz a la cruda realidad de la represión llevada a cabo por el Front Popular e intentar mostrar así el clima de terror que se vivió en la gran mayoría de poblaciones de Tarragona, en especial durante los primeros seis o siete meses de la contienda. Unos hechos que, por cierto, salvo al final de la guerra se produjeron en una retaguardia muy alejada del Frente, donde nunca existió un peligro real que justificara una represión tan brutal. Se pretendió, en el fondo, exterminar de una vez a todos aquellos considerados como fascistas, ya fueran: religiosos, personas de derechas, católicos, propietarios, tradicionalistas,…
Los hechos que relatas ocurrieron hace casi 86 años. ¿Por qué es un tema que sigue estando tan de actualidad?
Es verdad, pienso que a pesar del tiempo transcurrido es un tema que sigue teniendo una gran actualidad, en gran medida porque la izquierda y los nacionalistas lo han querido así con su obsesión con Franco y los franquistas a los que recurren constantemente. Están empeñados en imponer un determinado relato y en ganar una guerra que perdieron, 86 años después. Incluso muchos nacionalistas no paran de repetir que la Guerra Civil fue en realidad una guerra contra Cataluña y son muchos los que se lo tragan. Por esta razón es importante no renunciar a dar también en este tema la batalla cultural en defensa de la verdad de los hechos históricos. Además, muchos de los hechos producidos entonces, sobre todo en Cataluña, se parecen demasiado a muchas de las cosas que están ocurriendo en la actualidad.
En el libro además, de hablar de lo sucedido en poblaciones como Tarragona, Reus, Tortosa, Valls. o Cambrils, entre otras, dedicas varios capítulos a hablar de los poco conocidos barcos prisión de Tarragona y de los campos de trabajo republicanos de Cataluña.
Así es, en el puerto de Tarragona hubo varios barcos prisión, siendo el más conocido y siniestro de ellos el “Rio Segre” que llegó a albergar a más de trescientas personas, siendo la mayoría de los que pasaron por allí, asesinados sin juicio previo por el método de las denominadas sacas. En realidad estos barcos prisión fueron utilizados como “checas” flotantes. Respecto a los siniestros campos de trabajo, hubo siete en Cataluña y dos de ellos estuvieron en la provincia de Tarragona, en Falset y Hospitalet de l’Infant. En ellos ocurrieron cosas terribles pues, dirigidos por miembros del estalinista SIM, siguieron el terrorífico modelo soviético de los gulags.
También dedicas un capítulo a Lluís Companys al que los nacionalistas y buena parte de la izquierda no paran de homenajear y reivindicar. ¿Qué opinión te merece esto?
Pues, que no se merece esos homenajes en modo alguno. En Cataluña, a base de ocultar la verdad y de mucha propaganda, han convertido a Companys en un héroe, en el icono por excelencia del separatismo catalán y también de buena parte de la izquierda, que lo presentan como una victima y un auténtico mártir, cuando en realidad fue un personaje siniestro. A parte de su fracasado intento de golpe contra la propia República en octubre de 1934, permitió que a partir de julio de 1936 se produjera un auténtico genocidio en Cataluña, durante su mandato fueron asesinadas casi 9.000 personas, una tercera parte de estas religiosos.
Personas muy próximas a Companys, incluso de ERC y de Estat Català, no hablaban precisamente bien de él. Y sin embargo, en las últimas décadas no han parado de loar su figura y poner su nombre a multitud de calles, avenidas y plazas. El hecho de que fuera fusilado por los franquistas, en 1940 en el castillo de Montjuïc, ha sido utilizado para crear esa imagen de mártir, cuando a Companys no le tembló la mano a la hora de fusilar al general Manuel Goded y a otros militares (como el comandante Álvaro Fernández Burriel) sublevados el 18 de julio en Barcelona, y fusilados el 12 de agosto del 36, también en el Castillo de Montjuïc.
¿Qué opinión tienes de la famosa Ley de Memoria Histórica, que ahora quieren llamar de Memoria Democrática?
Pues, que no debería existir. Con ella solo quieren imponer un determinado relato.
¿Puedes dar más detalles?
En primer lugar, la memoria no puede estar sujeta a una ley. Además, como dijo Gustavo Bueno, la Memoria Histórica es «un concepto falso y confuso». Encima, ahora la quieren llamar perversamente ley de Memoria Democrática, cuando no deja de ser una ley de la desmemoria antidemocrática, bajo cuyo disfraz, negando la libertad de opinión, se intenta falsificar y ocultar determinados hechos históricos, calificándolos de apología del franquismo.
Solo les interesa contar una parte de la verdad y a veces manipulada, para intentar así justificar su ideología y sus políticas. Ahora, los izquierdistas, separatistas y presuntos progresistas que impulsan dicha ley pretenden imponer un determinado relato histórico marcado por el sectarismo ideológico y la dialéctica maniquea del blanco o negro, y pretenden borrar todo aquello que pueda cuestionar dicho relato, para ellos desde su presunta superioridad moral e intelectual, los republicanos del Frente Popular serían los demócratas y los buenos y los sublevados y los franquistas los malos muy malos.
Y respecto a lo de reparar la memoria de las víctimas y encontrar los cuerpos que sigue aún enterrados en fosas. ¿Qué tienes que decir?
Primero, habría que aclarar que significa reparar la memoria de las victimas. Y a qué victimas nos referimos pues, ahora parece que hay unas victimas que son mucho más victimas que otras. Dicho esto, es comprensible y de sentido común que muchos de los familiares de víctimas de la Guerra Civil que están todavía enterrados en fosas comunes o en las cunetas, estén interesados y luchen por encontrar los cuerpos de sus padres o abuelos, para tratar así de darles una respetuosa sepultura.
Tienen todo el derecho a ello, y no creo que nadie se oponga a esto, pero para dar cumplimiento a este deseo tan legítimo y humano, no hace falta ninguna ley y no es esto, como ya he dicho, lo que en realidad se pretende con esta ley. La mejor memoria histórica es la que se hizo en la Transición, donde se intentó enterrar de una vez el siniestro guerracivilismo.
La presentación del libro en Tarragona tendrá lugar el próximo día 20 de abril a las 19 h en el salón de actos del Colegio de la Abogacía de Tarragona en C/ Enric de Ossó, n.º 1. Intervendrán: Estela Martín (decana del Col.legi de l’Advocacia de Tarragona), Manuel Rivera (editor), Salvador Caamaño (autor de la obra), Pedro A. Heras (historiador) y Jaime Climent (vicepresidente provincial de SCC en Tarragona).
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