Añorado Joseba:
Me duele ver cómo, hace un año -con no pocos reparos-, te escribía que vuestras muertes no habían servido para nada, ni siquiera, añadía, para que los terroristas lograran aquello que perseguían. Hoy ya no lo hubiera escrito así, mi perspectiva ha cambiado. La evolución de la política española me sugiere lo contrario.
Me tropiezo en la prensa con el inmenso dolor de tu esposa que, por primera vez, se dirige a la opinión pública para afirmar con amargura: “Los nacionalistas son los que sobreviven; tanto sufrimiento para nada”. ¡Comprendo tan bien su frustración! Vuestra resistencia numantina ante la sinrazón del terrorismo nacionalista, vuestra valentía, vuestro sacrificio en nombre del ideal democrático del estado de derecho, aquel en el que la espada se sustituye por el argumento y el escudo por la Ley consensuada, corre peligro de verse desperdiciado. ¡Cómo no entender la desolación de quien ha visto al esposo, al padre, al hermano, al amigo o al amante, sacrificados de forma arbitraria e injustificable, convertidos -en tanto que víctimas- en estandarte de un ideal que ahora podría llegar a ser arrumbado, revocado o, peor aún, sustituido por el que alentó a sus asesinos! El único consuelo que les quedaba, una vez que les fue arrebatado lo que más querían, era pensar que sus muertes representaban eslabones importantes en la erradicación de la violencia y de las ideas que la alentaron.
Y no es sólo la falta de conciencia del mal cometido y la ausencia del dolor de corazón en los verdugos, la soberbia de los que les ampararon y que constituían su altavoz en la legalidad política, la continuidad en el empeño de los que alentaron la maquinaria del terror (los nacionalistas son los que sobreviven), el olvido provocado por la falsificación de la historia y el blanqueamiento del pasado. A todo esto, ya de por si repugnante e indigno, se une la amenaza de hundimiento del marco democrático que constituyó el horizonte políticomoral que representabais como víctimas y por el que fuisteis sacrificados.
La decisión del partido en el poder de coaligarse con todas las fuerzas que propugnan la sustitución de ese marco por otros de incierta naturaleza y de nulo consenso constituye el golpe más duro que podíais recibir. Son ahora quienes dicen gobernarnos los que convierten vuestro involuntario sacrificio en inútil. El golpe llega ahora desde el que se supone que era nuestro “bando”. La partida está en el aire y no sabemos cuál va a ser su final, pero, si desde el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero nuestro modelo democrático parecía amenazado, hoy su ruina parece inminente.
A la crisis de los valores constitucionales, se une el crecimiento de la violencia en todos los ámbitos y en todos los sentidos. La confrontación agria se ha convertido en el estilo político parlamentario por defecto (y nunca mejor elegida la expresión). Los medios de comunicación, descaradamente partidistas, jalean el enfrentamiento y, al reproducirlo en grandes titulares y rebotarlo por las tertulias (más sectarias aún que las empresas que las acogen), crean un clima social desasosegante. Consecuencia de todo ello es el crecimiento de la violencia en la calle. En Vascongadas, las autoridades se quejan porque jóvenes incontrolados aprovechan la menor ocasión para enfrentarse a las fuerzas de seguridad. No importa el motivo, domina el desprecio a la autoridad.
En el caso de Cataluña, con el pretexto de la reivindicación secesionista, jóvenes adoctrinados en una escuela sesgada y monotemática, se organizan en bandas destructivas para arrasar lo que sea y a quien sea. Les hemos visto enfrentarse a la policía, arrasar el centro de las ciudades, tratar de asaltar el Parlamento catalán, … Y, pese a que su formación les dirige contra una hipotética España opresora, puestos en acción, no tienen freno ni distinguen bien el objetivo.
La campaña electoral anómala que estamos viviendo nos ofrece, entre otros varios, dos ejemplos paradigmáticos.
- Esquerra Republicana de Catalunya ha hecho público un vídeo en el que aparece como amigo destacado Arnaldo Otegui, el líder de BILDU. E igualmente, según está anunciado, será una de las figuras en el mitin de final de campaña. ¿Qué clase de izquierda representa BILDU que no sea la recolectora de las cosechas del terrorismo etarra? ¿Qué significado puede tener su hermandad con ERC? ¿No es lo mismo que decir “éste es nuestro modelo”?
- Los intentos, de violentos a casi criminales, de boicotear los actos de campaña de los partidos contrarios al separatismo y, muy especialmente de VOX, ante el silencio cómplice de autoridades, fuerzas de seguridad, figuras de los medios de comunicación, y personajes destacados de la sociedad catalana catalanista (por no mencionar a los que, como Pilar Rahola, los han aplaudido abierta y públicamente. ¿No son, tanto por parte de los protagonistas como de las instituciones que callan, una forma de desprecio a los valores constitucionales?
Son signos de una sociedad en descomposición de la que la violencia se está adueñando, que ha perdido los referentes democráticos y que deambula entre la bronca y la agresión de forma que se me antoja peligrosa. El caso de los guardias tumultuariamente apaleados en Alsasua que los nacionalistas tratan de invertir, convirtiéndolo en un abuso del poder del Estado contra unos pobres jóvenes juerguistas, es una señal de hacia dónde nos despeñamos. El coste de esta degeneración puede ser muy alto.
Ya ves qué cosas me sugiere tu recuerdo, querido Joseba. En lugar de verte, como merecerías, convertido en un ejemplo a imitar por tu entrega al deber, tu sentido del honor y de la verdad y tu valor por afrontar lo que sabías casi con certeza que iba a ocurrir, corremos el peligro de que nos desacrediten a todos como unos fachas que inventamos una constitución detestable, heredera de los valores del franquismo. Todo puede ocurrir. Lo peor es que querrán corrernos a gorrazos.
Descansa en paz amigo. Por nosotros no quedará, llevaremos mientras vivamos y trasladaremos a nuestros descendientes tu recuerdo emocionado.
ANTONIO ROIG RIBÉ, de la Asociación por la Tolerancia
NOTA: En estos momentos de crisis y de hundimiento de publicidad, elCatalán.es necesita ayuda para poder seguir con nuestra labor de apoyo al constitucionalismo y de denuncia de los abusos secesionistas. Si pueden, sea 2, 5, 10, 20 euros o lo que deseen hagan un donativo aquí).
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.