Un día como hoy, el 3 de marzo de 1996, después del último gobierno de Felipe González que dejaría tras de sí un reguero de corruptelas y la friolera de 3,5 millones de parados, el PP ganó por primera vez unas elecciones generales y José María Aznar se convertiría en presidente del Gobierno. Desde el balcón de Génova (sede ahora en venta) la plana mayor del partido saludaba a una entusiasmada multitud de militantes que gritaban, entre oreas cosas, en tono jocoso el “Pujol enano habla castellano”.
Solo unos días después, dicha militancia se la tendría que envainar al llegar Aznar a un pacto de legislatura con Pujol y Arzalluz, en el que hacía importantes concesiones a los nacionalistas, era cuando Aznar “hablaba catalán en la intimidad” y entregaba a Pujol la cabeza de Vidal-Quadras (el enfant terrible del nacionalismo en Cataluña). Años después y a pesar de la buena gestión económica de Aznar y con Mariano Rajoy como candidato del PP , ganaría contra todo pronóstico las elecciones (celebradas 3 días después de los terribles atentados del 11-M) el socialista José Luis Rodríguez Zapatero quien seguiría haciendo más y más concesiones al nacionalismo, «Apoyaré la reforma del Estatut que apruebe el Parlamento catalán» dirá.
Después de una nefasta gestión económica que dejó el país con 5 millones de parados lo sustituyó en las elecciones de diciembre de 2011 Mariano Rajoy quien, a pesar de la crisis, haría una buena gestión económica pero seguiría mirando para otro lado (como los gobiernos anteriores) ante lo que venía ocurriendo en Cataluña, con un nacionalismo cada vez más desbocado.
Rajoy, en el Congreso del PP de 2008, ante las críticas de algunos sectores del partido dirá: “Si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya». Así unos años después, en el año 2013, surgiría VOX de la mano, básicamente, de un grupo de personas (procedentes muchas de ellas del ala más conservadora del PP) que consideraban pusilánimes, acomplejadas y seguidistas de la estrategia del PSOE y de los sectores llamados “progres”, en temas como: memoria histórica, ideología de genero, autonomías, cesiones al nacionalismo, acercamiento de presos, políticas inmigratorias o okupación, entre otros, las posiciones defendidas por un PP que parecía haber renunciado al combate ideológico, político y social.
Y así, liderado por Santiago Abascal, VOX, con una desacomplejada política contra lo políticamente correcto, empezó a volar por si sola. Y a pesar de la estigmatización y el acoso que viene sufriendo, por tierra, mar y aire, su ascenso parece ser imparable. El último episodio ha tenido lugar en las pasadas elecciones del 14-F en Cataluña con su sorprendente y aplastante «sorpaso» al PP y a Cs, con lo que se presenta ya como la más firme oposición al separatismo en Cataluña. Al igual que su oposición al gobierno frentepopulista de Sánchez e Iglesias que parecen seguir al igual que sus aliados separatistas una senda cada vez más totalitaria. Todo ello está haciendo que aupados por miles de ciudadanos decepcionados y hastiados por tanta incomprensión y tanto abandono, por parte de unos y de otros, quieren ver ahora en VOX una esperanza donde agarrarse, y así según apuntan las encuestas de los últimos días parece volar ya a nivel nacional muy cerca de la desorientada gaviota del PP de Casado.
Salvador Caamaño Morado (Presidente Provincial de SCC en Tarragona. Miembro fundador de Foro Babel-Tarragona. Exdirigente local del PSUC, PCC y CC.OO. en Tarragona)
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