Tras años oscuros de gobiernos de la derecha española, se hizo la luz y por fin tuvimos el Gobierno que toda España merece: hoy no solo gobierna la izquierda aliada con la extrema izquierda, es que hoy Dios gobierna en España.
El nuevo presidente de gobierno está tan imbuido de la verdad absoluta que está capacitado para tomar las mejores decisiones en soledad sin necesidad de información a pesar de sus casi 800 asesores, sin necesidad de consultar o de informar al Consejo de Ministros, sin necesidad de avisar a terceros países, como Argelia, de las decisiones tomadas respecto de sus países vecinos, en este caso Marruecos.
No solo está capacitado para esto, también está capacitado para mentir sin ningún tipo de problema sin ni siquiera ruborizarse como acaba de hacer con Argelia diciendo que se le había comunicado el cambio de posición respecto al Sahara, para al día siguiente reconocer que no se había informado al gobierno argelino. Pero, claro, estas son cosas de creerse Dios, de creerse un Dios todopoderoso, un Dios en posesión de la verdad, un Dios autosuficiente y por tanto sin necesidad ni de prevenir, ni de dar explicaciones, ni de consultar: él es en sí mismo la verdad y al acierto absoluto en todos los campos.
Hoy, desgraciadamente, esta es la situación en España. No tenemos un Gobierno, sólo tenemos un presidente de Gobierno, eso sí un todopoderoso presidente de Gobierno cuya suerte es que el cuento de Pinocho no es más que un cuento porque si no, no cabría en él Falcón debido al tamaño de su nariz.
Si en momentos de bonanza económica y de estabilidad política nacional e internacional es importante la prudencia, el consenso y sobre todo la responsabilidad, lo es mucho más en momentos muy complicados económica, política y socialmente. Pero, como decía al principio, no nos preocupemos, durmamos tranquilos, todo se arreglará, la culpa siempre será de otros porque Dios por el hecho de ser Dios es infalible.
Tras todo lo anterior solo me queda por decir una frase respecto de Dios, el de verdad: que Dios nos pille confesados.
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