Hace unos días conocíamos que la pizzería Marinella en Barcelona estaba sufriendo el acoso de los radicales separatistas.
Incluso llegaron a señalar la fachada de su local invitándole a emigrar de Cataluña si no entendía el catalán, al más puro estilo nazi.
Desde entonces la pizzería ha recibido un sinfín de muestras de apoyo por parte del constitucionalismo, después de que los dueños de la misma pidieran ayudar ante el acoso que estaban sufriendo.
También ha habido gestos de insolidaridad y lo que es peor, de comprensión para los radicales, como por ejemplo el ex diputado de la CUP, Antonio Baños, que a través de sus redes sociales ha justificado el linchamiento porque la pizzería comete una ilegalidad.
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