Es la desvergüenza más absoluta. Mientras el sistema de vacunación va a paso lento y la ciudadanía sigue sufriendo un sinfín de restricciones en su día a día, un alcalde separatista se vacuna por la cara contra el COVID-19.
Se trata de Sergi Pedret, alcalde de Riudoms (Tarragona), que aprovechó la visita a un geriátrico para vacunarse contra el coronavirus, junto a otro miembro de su equipo de gobierno.
Según explican los compañeros de Tarragona Digital todo sucedió durante una campaña de vacunación en el geriátrico L’Onada. Una vez vacunados todos los residentes sobraron algunas dosis y la directora del centro se lo ofreció a un sacerdote que acompañaba el proceso, al alcalde separatista y su otro miembro del gobierno.
El sacerdote lo rechazó, asegurando que no le tocaba, pero los políticos ni cortos ni perezosos aceptaron, dejando bien a las claras su catadura moral.
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