Tras la emisión del “mensaje fin de año” del prófugo Puigdemont vino la emisión de las campanadas a cargo de Quim Masferrer, el personaje que insultó a millones de catalanes en un acto secesionista. En la televisión de la Generalitat se premia a los que se fugan de la Justicia o a los que ofenden a los catalanes que se sienten españoles. Los secesionistas han convertido TV3 en una herramienta de propaganda y no tiene sentido mantenerla con los impuestos de todos los ciudadanos. Urge su cierre o, como mínimo, su refundación.
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