Carles Puigdemont, siempre mintiendo, aseguró en sede parlamentaria que la pobreza en Cataluña es “culpa del Estado español, del déficit fiscal que se lleva dinero que no regresará jamás”. Es el “España nos roba” una vez más, el tradicional supremacismo nacionalista de creerse más listos que los demás y que, por lo tanto, todo el mundo aceptará de forma acrítica sus patrañas.
El presidente de la Generalitat, antes de echar la culpa al “Estado español”, podría haber recordado algunos datos. Por ejemplo, en las etapas de gobierno de Artur Mas y Carles Puigdemont, entre 2011 y 2016, el departamento de la Presidencia de la Generalitat destinó más de noventa y ocho millones de euros a publicidad institucional. De eso no habla Puigdemont.
Además, en los presupuestos de 2016, la Generalitat destinó 315,2 millones de euros para gastos en políticas de comunicación, de los cuales la CCMA recibió 233,8 (el 74% del total), mientras que el resto de los 81 millones se destinó –entre otros gastos- a “optimizar las ayudas a instituciones, entidades y empresas privadas en el ámbito de la comunicación”.
Eso significa subvencionar a medios de comunicación que, como prioridad, emitan o se publiquen en catalán. En el caso de los recursos destinados a la CCMA no cumplen con su misión de servicio público, dado que TV3 apenas ronda el 10 % de audiencia y es percibida por una amplia mayoría de catalanes no como un elemento útil para la sociedad sino como una herramienta de propaganda de Junts pel Sí.
“La pobreza en Catalunya es culpa del Estado español”. ¿Y malgastar el dinero en propaganda no tiene nada que ver?
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