En pleno debate sobre la conveniencia o no del pacto que Junts per Catalunya cerró con el PSC para gobernar la Diputación de Barcelona, y al que Carles Puigdemont dio su beneplácito, aparece de nuevo la Crida Nacional per la República para desviar la atención.
La Crida Nacional per la República es el movimiento liderado por Puigdemont que tenía como objetivo ocupar el espacio político de la antigua Convergència pujolista, pero que no ha acabado de cuajar ante la resistencia de buena parte de este universo que prefiere apostar por consolidar la marca “Junts per Catalunya” y/o mantener la estructura del PDeCAT, la formación heredera de CDC.
La Crida retoma, causalmente, su proceso de despliegue de actividad con la puesta en marcha de sus sectoriales, tras la polémica que ha generado en buena parte del orbe secesionista el apoyo de JxCAT a la socialista Núria Marín como nueva presidenta de dicha diputación.
Este nuevo movimiento político impulsado por Carles Puigdemont y el exlíder de la ANC en prisión preventiva Jordi Sànchez ha enviado un correo electrónico a los asociados para comunicarles que se “activan las sectoriales” y se convoca a las bases de la formación a una reunión el próximo 24 de julio para darles más información.
En el comunicado se asegura que dicha sectoriales tienen como fin el preparar “propuestas” que “puedan guiar en el camino hacia la independencia y hacia la construcción de la república”.
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