Plataforma per la Llengua se ha consolidado dentro del mundillo separatista en su papel de chivato lingüístico. Recuerden que esta organización multisubvencionada fue la entidad que se dedicó a espiar, sin permiso de los padres, la lengua que niños catalanes hablaban en los patios. Y su presidente lo reconoció sin ningún problema.
Además, es la misma asociación que ha desarrollado un buzón virtual para que los estudiantes universitarios separatistas que lo deseen ejerzan de chivatos lingüísticos para señalar a profesores que usen de manera ‘indebida’ el español en sus clases.
Por supuesto, Plataforma per la Llengua recibe un generoso apoyo de las administraciones públicas gobernadas por partidos independentistas y de los empresarios de la órbita separatista, como los dueños de los supermercados Bonpreu y Esclat que han dedicado el céntimo solidario de sus clientes a promover una campaña de esta entidad. Una entidad que se dedica a intentar arrinconar la lengua mayoritaria de los catalanes, el español, está siendo potenciada a pesar que intenta minusvalorar los derechos civiles que de los hispanohablantes.
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