El Gobierno de Pedro Sánchez se ha empeñado a fondo, y prometiendo dinero de los fondos europeos a unos, y un buen trato a otros, ha conseguido ampliar la coalición a favor de los indultos. Hasta la Iglesia Católica y los empresarios se han unido a la fiesta de sacar de la cárcel a unos delincuentes que dieron un golpe de Estado, sin arrepentirse de lo que han hecho y jurando que volverán a cometer los mismos delitos.
El constitucionalismo catalán está tan desarbolado, tras el hundimiento – por errores propios – de Cs y PP, y la desactivación del movimiento cívico antinacionalista por la acción decidida del mismo Gobierno que ahora pactará con los separatistas, que las reacciones que ha habido contra unos indultos injustos han sido prácticamente simbólicas. Unos centenares de manifestantes y poco más.
Ha tenido que ser en Madrid, en la manifestación de Colón, dónde se produjo la única reacción de envergadura ante la barbaridad de los indultos. En Barcelona nada queda, salvo la triste imagen de lo que fue el 8 y el 29 de 2017 y poco después dejó de ser. La concentración en Colón no fue suficiente para parar a un Gobierno deseoso de construir una nueva alianza de larga duración: PSOE + Podemos + Bildu + ERC + lo que haga falta.
Los indultos no son para conseguir unos meses más en Moncloa para Pedro Sánchez. Los indultos consolidan una nueva mayoría que puede ser de largo recorrido, dada la inexistencia de oposición al «sanchismo». Susana Díaz ha sido derrotada y lo otros barones están cambiando a gran velocidad de chaqueta.
El PSC, como partido más beneficiado del clima ‘indultista’, lo aplaude a rabiar. Recordemos que Miquel Iceta fue de los primeros en pedir los indultos, y estos vuelven a situar a los socialistas catalanesen el primer plano de la política catalana. La sustitución de Junts por los de Salvador Illa como socios de Esquerra es cuestión de tiempo.
Pedro Sánchez ha pactado con lo peor del nacionalismo, vendiendo a la Cataluña que quiere ser leal con el resto de españoles. Tendremos que empezar a construir nuestras propias alternativas ante la traición socialista y la inoperancia de PP y Cs. ¿Y Vox? Con Vox no basta, porque hay muchos catalanes que se sienten españoles y que quieren combatir el nacionalismo que nunca apoyarán a la formación de Abascal. Habrá que intentar que Casado y Arrimadas espabilen en Cataluña y favorecer la creación de alternativas viables, honradas y no basada en el oportunismo.
Hemos iniciado una campaña de crowdfunding para editar un libro de homenaje a Su Majestad y desagraviarle de las mentiras separatistas: ‘Los catalanes SÍ tenemos Rey: Felipe VI’. Si quieren colaborar pueden hacerlo aquí.
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