
VOX ha entrado con gran fuerza en numerosos ayuntamientos de Cataluña (entre otros en las cuatro capitales de provincia). En la demarcación de Tarragona, por ejemplo han entrado en Tarragona (3 regidores), Reus (3), Salou (3), Cambrils (2), Vila-seca (2), Calafell, El Vendrell, Cunit, Valls, Mont-roig, Constantí… En definitiva, en la provincia ha pasado de no tener ningún concejal a obtener 23 y todo ello a pesar de haber sido sus propuestas y sus actos absolutamente silenciados o ninguneados por todos los medios de comunicación locales. La CUP en Tarragona (que han perdido sus dos concejales en la ciudad) pidió durante la campaña silenciar a VOX y exigió que ningún partido negociara con la extrema derecha.
Pues bien, una vez conocidos los resultados los “demócratas” de toda la vida (izquierdistas y separatistas), han respondido decretando en la demarcación la “alerta antifascista”. Así por ejemplo, los candidatos del PSC de Tarragona (Rubén Viñuales) y Reus (Sandra Guaita), a pesar de haber quedado muy lejos de la mayoría absoluta, antes de hablar de los posibles pactos post-electorales, que los pueden llevar a ocupar sus respectivas alcaldías, lo primero que han hecho ha sido anunciar, a bombo y platillo, que piensan imponer un férreo cordón sanitario a VOX.
Su mensaje ha sido exactamente el mismo: “Hablaremos con todos menos con VOX”. Hace dos días además, el Diari de Tarragona titulaba : “Viñuales dejará a Vox fuera de las empresas mixtas y minimizará su presencia en las municipales”. Este cordón sanitario sanitario no se le está imponiendo en realidad a los concejales electos de VOX, que también, sino en el caso de Tarragona y de Reus a los 5.031 y 3.790 ciudadanos que respectivamente han votado esta opción política en estas ciudades.
Paradójicamente, como queriendo dar lecciones morales y de democracia, han dicho que, eso sí, piensan gobernar para todos los ciudadanos. Nos deben tomar por bobos, pues con sus antidemocráticas propuestas demuestran no tener el más mínimo respeto por todos esos miles de ciudadanos que han votado a VOX.
La cosa no es nueva, después de las elecciones al Parlament, Salvador Illa (PSC) anunció exactamente lo mismo. Y se acordó establecer una especie de cordón sanitario contra VOX en el Parlament. Hay que decir que se opusieron a esta antidemocrática iniciativa los 6 diputados de Cs y los 3 del PP , además, por supuesto de los 11 de VOX.
Estos totalitarios y antidemocráticos “cordones sanitarios” han sido una práctica habitual en la cada vez más degradada política catalana, al menos en las dos últimas décadas, por parte de separatistas e izquierdistas y se han venido aplicando siempre a los partidos considerados como “españolistas o constitucionalistas”. Primero lo sufrieron los del PP (Pacto del Tinell 2003, suscrito por ERC, PSC e IC-V por el cual se prohibía suscribir cualquier tipo de pacto con el PP), luego los de Cs y ahora con más virulencia que nunca lo está sufriendo VOX. Además, está acompañado de constantes ataques a las sedes y las carpas de VOX, por parte de los autodenominados como “antifeixistes dels Paísos Catalans” que no suelen ser condenados por nadie.
Al hecho de imponer un férreo cardón sanitario a VOX también se vienen sumando con gran entusiasmo UGT, CCOO, CGT y todos los sindicatos de la órbita separatista. Aunque en cierto modo es lógico pues, ante su absoluto desprestigio, se dedican a defender, a capa y espada, las prebendas y las suculentas subvenciones con que los siguen regando desde los poderes públicos, hecho al que se viene oponiendo con contundencia VOX que está por acabar con todos estos chiringuitos y con los liberados sindicales.
Aunque la verdad me obliga a recordar también, que en mayo de 2021 el PP de Cataluña se puso un tanto de perfil ante la maniobra de la Mesa del Parlament que modificaba, el habitual sistema de reparto de senadores, dejando con ello a VOX sin el senador que le correspondía por su representación parlamentaria en la cámara catalana con el reglamento vigente hasta entonces,
Si a los hechos nos atenemos, no cabe duda de que VOX es un partido perfectamente democrático y constitucional que respeta las leyes y no se dedica a insultar o agredir violentamente a nadie, ni a lanzar piedras para reventar los mítines, las sedes o las carpas de nadie, cosas sí hacen reiteradamente contra ellos. Vox no asesinó, ni secuestró a nadie , como sí hicieron Otegi y muchos de los etarras que iban en las listas de Bildu.
Vox nunca dió un golpe de Estado como hicieron los de ERC y los de Junts, Vox nunca se propuso reformar la Constitución para cambiar el modelo de Estado, atacando a la Corona, como sí hicieron los de Podemos que han decretado además, múltiples alertar anfifascistas contra la derecha. Los que hacen o son cómplices de esto no son demócratas son sencillamente unos totalitarios de tomo y lomo, adeptos algunos de la progrecracia que utiliza el antifascismo para imponer su ideología o asegurarse las poltronas.

Quiero por último recordar que el señor Rubén Viñuales, hoy tan socialista, fue desde junio de 2015 y hasta hace apenas dos años el portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Tarragona y en la Diputación, siendo muy crítico con las presuntas corruptelas de su actual partido el PSC de Tarragona y su entonces alcalde Ballesteros (ahí está la maldita hemeroteca) . Además, su antiguo partido en los años álgidos del “procés “ como ya he comentado tuvo también que sufrir los insultos, los escraches y los cordones sanitarios de los separatistas e izquierdistas.
Pues bien, ahora parece haberlo olvidado todo y cosas de la vida, ha entrado a formar parte, junto a varios de sus excompañeros concejales de Cs en Tarragona, del selecto club de los que abandonan el barco cuando las cosas pintan mal y se convierten en chaqueteros del poder, pasando de ser la víctima de los totalitarios inquisidores a convertirse en un nuevo totalitario inquisidor.
Tengo que decir que cuando oigo hablar de “cordón sanitario” se me vienen a la cabeza los apestados y los enviados antiguamente a la “cueva de los leprosos” donde hacinados y abandonados a su suerte, los leprosos eran condenados a vivir su particular infierno antes de morir. O más recientemente me hacen recordar las siniestras “chekas” del Front Popular durante la Guerra Civil. Les recomendaría a todos estos “demócratas” que empezaran por leer “1984” de Orwell.
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