Las alegaciones de los abogados del secesionismo en este momento procesal son, por decirlo finamente, angelicales.
Exponen que los procesados no podrán defenderse «en su lengua materna» por el hecho de que el juicio se celebrará en el Tribunal Supremo, como si en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña todos los jueces tuvieran el nivel C (o D) de catalán.
¿Reconocen, con ello, que no se saben expresar suficientemente bien en castellano? Parece que ésta sea la conclusión. Pero entonces, ¿en qué queda su permanente alegación de que el sistema educativo catalán garantiza suficientemente el conocimiento en lengua española?
Por otra parte, alegan también que es necesario ser juzgado ante un tribunal que esté cerca… cerca, ¿de dónde? ¿De su domicilio? No existe regulación jurídica, en los estados democráticos, imponiendo el juez más cercano como regla general, porque ello devendría en algo risible e inaplicable, por ejemplo, en los aforamientos. Lo que rige, con carácter general, es la aplicación del principio del juez competente establecido en las leyes, es decir, que se tiene el derecho a ser juzgado por lo que en nuestra constitución es «el juez ordinario predeterminado por la ley». Ese juez puede estar, o no, al lado de casa. Aquí y en Copenhague.
Además, es altamente significativa la pretensión de cercanía. Como si ello indicara que a mayor cercanía mayor justicia, cuando es un principio general propio de las democracias que es necesario que el juez sea imparcial, es decir, que esté lejos de las pretensiones o influencias de las partes. ¿Es que piensan, desde el secesionismo, que pueden influir o controlar a los jueces y magistrados que están en Cataluña? Por mí, que continúen insistiendo en ello, porque les deja en evidencia.
Y, por último, tanto que confían en sus queridos jueces de Estrasburgo, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos… Dos cosas al respecto:
1.- Estrasburgo está «al lado de casa», cerquísima. Ni hay vuelo directo desde Barcelona desde hace bastantes años.
2.- En Estrasburgo las lenguas oficiales a utilizar son inglés o francés (si quieren usar otra es necesario intérprete). Y dudo que alguno de los jueces de este alto tribunal (no sé, pudiera ser que alguno sí, que nunca se sabe) tenga suficiente nivel de catalán como para entender las declaraciones de los procesados emitidas en su lengua materna.
En fin, dejen de hacer el ridículo. El Derecho tiene sus cauces establecidos y nuestro sistema procesal está verificado internacionalmente y considerado como uno de los más garantistas que existen. El resto es retorcer el procedimiento, hacer filibusterismo procesal y evidenciar la mala fe que se esconde en la estrategia que están practicando.
Por Teresa Freixes. Catedrática de Derecho Constitucional
[campana]
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