Hace unos días el gobierno autonómico de Cataluña presentó un centenar de medidas para fomentar, mejor dicho, imponer la lengua catalana en todos los ámbitos. Estas medidas se insertan dentro de las negociaciones para el Pacte Nacional per la llengua que llevan unos meses discutiendo. La excusa es la de siempre, que el catalán está en horas bajas, que no se habla lo que se debería, que si el país, que si la lengua… Todo ello ilustrado con unos gráficos coloreados en los que se observa cómo el catalán no es la única lengua en Cataluña, porque no nos engañemos ese es el único objetivo: Un país, una lengua.
Porque, ¿alguien puede llegar a creer que el fomento de esas políticas lingüísticas pretende dejar algún hueco para el castellano? No, no tienen más objetivo que eliminarlo de todos los ámbitos y como máximo crear una especie de reservas para los castellanohablantes. Por ello, han de invertir todos sus esfuerzos y, por supuesto, todo nuestro dinero en el fomento de la lengua catalana y la abolición del castellano: “El Govern no deixarà de treballar sense descans en tots els àmbits per aconseguir millorar l’ús, la defensa i l’impuls del català, la llengua pròpia del nostre país. El català és present i futur, és llengua de país”.
La inmersión lingüística, aplicada hasta ahora en todos los ámbitos, no ha alcanzado sus objetivos, es decir, que solo se hable en catalán. Por ello deben dar otro golpe de tuerca e incidir más, todavía más, para conseguir sus propósitos. Vamos a sufrir campañas mucho más agresivas para imponer la lengua, coaccionando a la población, como viene siendo costumbre, entrando en nuestra vida cotidiana. Estas medidas van dirigidas a fomentar el catalán, por ejemplo, en el deporte extraescolar, en todos los niveles y a todas las edades, “des de l’esport escolar al federat, acabant amb els clubs d’alt nivell i l’elit del nostre país”. Se van a extender a las comunidades religiosas, fomentando parejas lingüísticas interreligiosas (sic): “Incrementar l’ús del català entre les comunitats religioses a Catalunya i en les comunicacions de les entitats i afavorir parelles lingüístiques interreligioses”. Por supuesto, las sanciones lingüísticas en los comercios van a seguir estando presentes, pero no seamos mal pensados, puesto que no tienen ningún afán recaudatorio, no, sino que en realidad son un favor para concienciarnos: “l’objectiu de les sancions en la infracció dels drets lingüístics de les persones consumidores no és recaptatori. Per això, es donarà a les empreses sancionades l’opció d’invertir l’import de les multes en formació i conscienciació lingüística del seu personal i en recursos per garantir la disponibilitat lingüística”. Las personas mayores, gente con discapacidad y los espacios infantiles y juveniles contarán con personal perfectamente cualificado para realizar sus funciones, por ello se deben incluir, como mínimo, las siguientes medidas: introducción del catalán en los procesos selectivos, formar a aquellos que lo desconozcan, formación continua en lengua catalana, el uso del catalán como requisito para los mecanismos de provisión de servicios y planes de dinamización lingüística para gente mayor. Por tanto, priorizar la formación continua, del catalán, no de los conocimientos relacionados con sus competencias profesionales para lo que no habrá suficiente tiempo.
Además de estos planes de fomento de la lengua, al mismo tiempo, se va a ir conociendo el estado del catalán, es decir, se van a invertir fondos para que se hagan encuestas y se controle qué lengua se habla en educación, en la universidad, en sanidad y en los cuerpos de seguridad y emergencias (Mossos d’Esquadra, Bombers i Agents Rurals). Más control lingüístico.
Todas estas imposiciones lingüísticas y proyectos obligatorios están financiados con nuestro dinero, el de catalanes hartos de imposiciones y, no lo olvidemos, del resto de españoles (para pagar da igual en qué idioma se haga). El sudor de nuestra frente va a servir para subvencionar la promoción del catalán, así como su uso. En estos planes está fomentar los cursos de catalán en las empresas, públicas y privadas; elaborar un guía “pedagógica” para promocionar el uso del léxico y la adecuación de neologismos en catalán (véase todas las nuevas palabras, inventadas recientemente, con el fin de hacer creer que el catalán posee un vasto vocabulario); elaboración, pagada por todos, de diccionarios, léxicos tanto en ciencias de la salud o justicia y las traducciones al catalán de lo que sea necesario, así como un léxico para hacer pedagogía “i facilitar l’ús del lèxic feminista en català”; además, el Instituto de Estudios Financieros debe generar contenido en educación financiera para jóvenes “a Tik Tok i en català” (sic).
Evidentemente se debe impulsar más contenido todavía en catalán en los medios audiovisuales, películas, videojuegos, redes sociales, y todavía más Super3: “Per garantir els drets infants i joves a escollir continguts i informació de qualitat en català a qualsevol lloc, l’any 2022 la nova direcció de la CCMA ha presentat un nou Súper3, anomenat Sx3”; así mismo se va a crear un grupo de creadores digitales, véase jóvenes instragramers, tiktokers y cazapokemons, que hablen en catalán evidentemente: “La Generalitat de Catalunya, el Govern de les Illes Balears i la Generalitat Valenciana han creat LaTroca, trobada de joves creadors que publiquen en català a les xarxes”.
Indudablemente, esta guía de ruta de la imposición lingüística tiene tres ámbitos clave: educación, sanidad y justicia. El ámbito educativo es una constante y todavía deben apretar más la tuerca, hablan de aceleración, para que no se les escape ningún alumno. Se va a controlar la política lingüística que se aplique en todos los colegios y se modificará aquella que no cumpla los objetivos, así como el fomento del catalán entre el profesorado, tanto en los colegios como en las universidades, “fer plenament efectiu l’ús del català com a llengua pròpia de les universitats de Catalunya i com a llengua d’ús normal de llurs activitats”. En sanidad, se promueve el uso del catalán y se crea una figura de control lingüístico: “Entre les actuacions que es preveuen, hi ha el desplegament de la figura del referent lingüístic de centre de salut, és a dir una persona responsable de la gestió lingüística de cada centre”. Y en justicia todavía tienen mucho trabajo que hacer, lo que fomentarán con una campaña: “Fer servir el català no canvia la sentència. Fem justícia al català”.
Por supuesto, las denuncias lingüísticas siguen plenamente vigentes. En el Departamento de Igualdad se tramitarán denuncias por violación de la normativa en materia lingüística (sic) y se sancionará administrativamente: “Recollir i tramitar a l’Oficina d’Igualtat de tracte i no-discriminació (OINTD), o bé a l’òrgan competent, les denúncies per violació de la normativa en matèria lingüística. I sancionar administrativament, en cas de confirmació de discriminació per raó de llengua, d’acord amb la Llei d’igualtat de tracte i no-discriminació”. En el ámbito de la sanidad se analizarán las quejas por atención en castellano: “Vetllar pels drets lingüístics de la ciutadania al ser atesa a un centre sanitari, analitzant les queixes rebudes, incentivant a través de l’acreditació de centres la valoració dels usos del català en la documentació aportada al pacient i incloent una clàusula lingüística als contractes amb el SISCAT”; y en el ámbito de la justicia se va a poner en marcha un proceso para poder quejarse del castellano: “Posar en marxa un circuit clar per als usuaris que permeti recollir les consultes i les queixes sobre drets lingüístics de manera que s’hi pugui donar resposta. Es pretén afermar el català en la justícia com a llengua oficial que és, reforçant-lo com a dret de la ciutadania i fer-lo normal en aquest àmbit”. Control y denuncia.
El próximo año, 2023, vamos a sufrir una intensa campaña con un objetivo, bastante grave, por cierto, que es modificar actitudes lingüísticas e incrementar el uso de la lengua: “L’objectiu de la campanya general de sensibilització lingüística, que es preveu que sigui pública l’any 2023, serà modificar actituds lingüístiques i incrementar l’ús de la llengua catalana entre la ciutadania”.
No nos engañemos. Esto no va de cultura ni de lengua, el catalán dejó de ser una cuestión cultural hace más de un siglo, cuando se convirtió en un arma política, camuflada en las buenas intenciones que se supone que reviste todo aquello envuelto del manto de la cultura. Se pretende negar la presencia del castellano en Cataluña en todos los ámbitos. Esto va de libertades y derechos, de todos, absolutamente de todos, y su vulneración. Cataluña sigue bajo el gobierno de la tiranía, de la imposición, de la prohibición, donde los derechos y libertades se violan continuamente. Ni democracia ni libertad. ¿Hasta cuándo vamos a seguir consintiéndolo?
Vera Cruz Miranda
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