
El Ayuntamiento de Tarragona, presidido por Pau Ricomà (ERC), presentó ayer el llamado programa de Memòria Democràtica de Tarragona, con el que vienen recordando cada año lo “atroz” que fue la represión franquista y lo bueno que fue el republicano Front Popular. Este año lo harán con la organización de la friolera de treinta y cinco actos, donde tendrán un papel destacado los relativos a los “bombardejos feixistes de fa 85 anys” sobre la ciudad que se tuvieron lugar a partir de junio de 1937.
En este sentido “la Comisión de Programas de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Tarragona ha decidido recordar este año en especial el sufrimiento de la población civil que vivió este trágico episodio”, ha manifestado el concejal de Memoria Democrática, Manel Castaño (ERC), que ha recordado que “la acción indiscriminada de la aviación fascista causó en Tarragona 230 víctimas mortales”.
Además, añadió Castaño que “se han retirado ya todos los símbolos franquistas de la ciudad y se han dignificado las fosas comunes ubicadas en el cementerio de Tarragona”, que también destacó que se está trabajando con la complicidad de los institutos de enseñanza tarraconenses. “Hay que continuar este trabajo pedagógico para explicar la historia a las nuevas generaciones, la memoria histórica se tiene que trabajar con la gente joven para que no desaparezca”, concluyó.
Los treinta y cinco actos tendrán lugar entre el 15 de enero al 9 de junio y contemplan entre otros proyecciones (Sota les bombes), presentaciones de publicaciones (como la del libro sobre el maqui Florencio Pla “La Pastora”), Homenatge de les víctimes de la repressió franquista de les comarques tarragonines, visitas guiadas a los lugares de la represión franquista, conferencias, exposiciones, obras de teatro y lecturas dramatizadas, acto institucional el14 de abril sobre el “Dia dels Valors Republicans”, actuaciones musicales (Taverna Republicana) y mesas redondas. Todo ello para recordar las bondades de la República y el Front Popular y denunciar lo terrible que fue el franquismo.

Además del Ayuntamiento de Tarragona también colaboran en la organización de dichos actos: la Diputación de Tarragona (presidida por ERC) , el Puerto de Tarragona (presidido por ERC), la Asociación de Víctimas de la Represión Franquista de Tarragona, la Universitat Rovira i Virgili (URV) y Òmnium Cultural.
Curiosamente ninguno de los 35 actos programados recuerda los asesinatos causados por la brutal represión del Front Popular en Tarragona y en la Cataluña presidida por Lluís Companys, que fueron según datos oficiales, al menos, 8.352 personas, el doble de las producidas por la posterior represión franquista.

Tampoco recuerdan que en la Archidiócesis de Tarragona fueron asesinados por el Front Popular un obispo (Manuel Borràs) y140 religiosos. Nada dirán de los barcos prisión habilitados en el puerto de Tarragona, entre ellos el Río Segre, que actuaba como una cheka flotante y llegó a alojar a cerca de 300 prisioneros, que sobrevivían en condiciones infrahumanas y que la gran mayoría de los que pasaron por allí acabaron siendo fusilados con el método de las denominadas ‘sacas’. O que al médico forense de Tarragona, el Dr. Josep M.ª Vives, lo detuvo una patrulla de milicianos en su casa de la Rambla y maniatado lo quemaron vivo en la actual plaza Imperial Tarraco,
Nadie contará que el 23 de julio a Mossèn Lluís Janer, unos patrulleros lo asesinaron delante de su casa en la Pl. del Forum (Tarragona) y luego lo arrastraron hasta unos escombros y se alejaron diciendo: “Ja se l’emportarà el carro de la brossa”. Nada dirán sobre los innumerables crímenes y las atrocidades que se cometieron en la ciudad de Tarragona, por parte, especialmente, de las patrullas de la FAI y de las JJ.LL. comandadas por el siniestro Josep Racasens Oliva (Sec de la Matinada), por los cuatro hermanos Ferré Pla (germans Barres) o por el funesto Germán García Sancha, todos ellos despiadados asesinos, que durante casi un año ( entre julio de 1936 y mayo de 1937) actuaron como los auténticos ‘dueños y señores’ de la ciudad sin que nadie les objetará absolutamente nada. O que entre el 22 de julio de 1936 y enero de 1937 fueron asesinadas en el Tarragonés más de 300 personas. Y que todo ello ocurrió muy lejos del Frente y mucho antes de producirse el primer bombardeo sobre la ciudad.
Todas estas atrocidades están recogidas en mi libro: “Tarragona 1936. Terror en la retaguardia”.
Pero, en ninguno de los 35 actos programados, nadie contará nada de esto. Al contrario, politicastros, profesores y pseudohistoriadores seguirán con sus ocultaciones y sus manipulaciones, adoctrinando y alimentando el victimismo, el izquierdismo, el separatismo y el discurso del odio contra España.
Salvador Caamaño Morado
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