TV3, y en menor medida Catalunya Ràdio, es la joya de la corona del separatismo, la única “estructura de Estado” que merece tal nombre creada por la Generalitat y que ha sido la punta de lanza del movimiento secesionista para mantener unidas sus filas en los momentos más difíciles.
Como cuando se demostró que sus líderes habían mentido, y que ni Europa apoyaba el ‘procés’, ni había un plan ‘b’ para plantar cara al Estado, y que no había nada preparado para construir la “República catalana”.
De ahí que en la actual fase del ‘procés’, de guerra a muerte entre Puigdemont y Junqueras por tener la primacía dentro del movimiento separatista, el control de los medios de comunicación de la Generalitat sea básico.
Vicent Sanchis ha demostrado ser un gran peón de Puigdemont en TV3. Ha conseguido mantener a la cadena de la Generalitat alineada con Waterloo, y a pesar de la pugna interna que hay dentro del entorno convergente entre el PNC, el PDECAT y los partidarios de Puigdemont, ha conseguido que el ‘president’ prófugo, y actual eurodiputado, siga manteniendo una elevada cuota de pantalla a pesar de su huída.
Por supuesto, Esquerra Republicana necesita frenar el dominio de Puigdemont sobre TV3 si desea tener alguna posibilidad real de ganar las próximas elecciones autonómicas. Ya controlan Catalunya Ràdio mediante Saül Gordillo, pero necesitan también controlar la televisión de la Generalitat.
Pero Sanchis es duro de roer. ¿Qué Toni Soler desgasta en el ‘Està passant’ y en el ‘Polónia’ a Quim Torra y a los consejeros de JxCAT como Miquel Buch? Hace un amago de que ‘Polònia’ se puede caer de la parrilla para que sirva de toque de atención. ¿Qué hay que entrevistar a Junqueras aprovechando que, en plan Juan Palomo, la Generalitat le ha concedido la semilibertad? Sanchis le hace una entrevista incómoda, que impide el lucimiento del líder de ERC.
No lo va a tener fácil Esquerra para ganar posiciones en el control de TV3 mientras Sanchis siga al mando. Es un convergente fanático, pero es duro de roer, y no se arruga. Nos esperan tiempos apasionantes de navajazos entre separatistas para ver quién controla el llamado “espacio comunicacional catalán”, que no deja de ser TV3, Catalunya Ràdio y los medios privados regados con dinero público.
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