El programa que ‘Salvados’ (La Sexta) dedicó a las reacciones tras la sentencia del juicio del proceso secesionista es digno de TV3. Con eso queda dicho todo.
La elección de los testimonios, entre secesionistas declarados y teóricos ‘equidistantes’ de los que hacen el caldo gordo al independentismo, fue tan desequilibrado en el número y en el tiempo dedicado que al finalizar el programa había que buscar entre los créditos para comprobar si los guionistas eran Pilar Rahola o Toni Soler. No lo eran, pero lo habrían merecido.
Media Cataluña no es secesionista, y buena parte de esa media Cataluña no secesionista aplaudió la condena, o mostró su disconformidad por haberse quedado corta. Y los testimonios de esos millones de catalanes fueron solo una pincelada en el mar de esteladas y de opiniones lacrimógenas por lo ‘injusto’ de la decisión del Tribunal Supremo.
Una de las excusas que Gonzo, el presentador, dio para intentar tapar la desproporción de tiempo dedicado a unos y otros es que los líderes del PP y Ciudadanos se negaron a ser entrevistados.
En ese caso podría haber buscado testimonios entre los movimientos constitucionalistas. Aunque cuesta pensar que políticos tan destacados dentro de la crítica al soberanismo como Jordi Cañas o Josep Bou hubieran dicho que no.
Pero no se hizo, y al final el mayor peso de defender a millones de catalanes no secesionistas en la «mirada de Salvados sobre la sentencia» [sic] recayó en un Miquel Iceta más Iceta que nunca y en Manuel Valls, que sí estuvo a la altura.
El momento más destacado dentro de la operación blanqueo del secesionismo en el que se enmarca este publireportaje independentista fue el lacrimógeno testimonio de Rosa Lluch, la hija de Ernest Lluch, negando que la violencia que asoló Barcelona durante días fuera «terrorismo».
La conversación a tres sobre el «diálogo» entre Gonzo, Lluch y Gemma Nierga merecería recibir la Creu de Sant Jordi por servicios a la ‘patria catalana’. La ‘comú’ Lluch, candidata al Senado por esta formación, exigiendo a Sánchez que se le ponga al teléfono cuando llama Torra, demostró que se sabe al dedillo el argumentario que Sergi Sabrià o Eduard Pujol reparten cada día.
La productora de Évole, sin duda, ha hecho méritos, como la de su antiguo jefe Buenafuente, para entrar en la rueda del reparto de TV3. Estaremos expectantes.
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