Han saltado todas las alarmas por una sentencia del TSJC que consagra en sentencia firme “al menos un 25% de clases en español”, además de la asignatura de Lengua española y Literatura ya reglada en el sistema educativo, para todas las escuelas de Cataluña.
La resistencia a cualquier injerencia sobre la lengua en la escuela “territorio de posesión única del nacionalismo catalán” no se ha hecho esperar. Desde la violencia de la que van dando cuenta los periódicos y algún medio de comunicación más hasta las recomendaciones de “la ONG del catalán” llamada “Plataforma per la llengua” que advierte: “Si quieres que el catalán se escuche, háblalo, escógelo, reclámalo. Actívate por la lengua. Es urgente, hazlo ahora”.
¿Realmente hay semejante emergencia? ¿Es una lengua perseguida y minusvalorada? ¿No está protegida desde la Constitución de 1978, Artc. 3. 2 y 3.3, y por el Estatuto de Cataluña? ¿No la vemos en los rótulos de todos los Servicios para el ciudadano? ¿No está con un predominio absoluto en todas las Instituciones? ¿No se utiliza en TV, Radios y demás medios de comunicación? ¿No se habla y escribe con total libertad en cualquier ámbito social e institucional?
Y, lo más importante, tiene un dominio absoluto en todo el Sistema Educativo catalán. Y ahí es donde duele, en el Sistema Educativo catalán que según han dictaminado los jueces tiene unas carencias de la presencia del idioma español. Son ambas lenguas cooficiales y sus hablantes tienen iguales derechos.
Han saltado todas las alarmas nacionalistas porque estamos en una vía perfectamente programada y diseñada para pasar de una sociedad bilingüe, con español y catalán cooficiales (como tantas otras en Europa) a una monolingüe “Catalan only” necesaria para un nacionalismo rampante y que pretende de manera sibilina –“que no se note el cuidado”– una independencia “de facto”.
Para eso la Escuela es imprescindible. Y no solo por la preponderancia absoluta de la lengua catalana, sino porque a través de ella la ideologización nacionalista es mucho mas eficaz. Ahí están los libros de texto escolares; desde la alfabetización, solo en catalán. Porque no se respeta la lengua materna para los niños de habla española a pesar de las recomendaciones de la UNESCO y del sentido común. Por ello el fracaso escolar de los niños de habla española es sustancialmente más alto que el de los niños de habla catalana. Los resultados PISA, ahí están.
Algo inasumible en cualquier Estado de la U.E. que se precie. Ya no hay excusas, ese 25% mínimo de clases en español se tiene que hacer efectivo ya. A partir de aquí, veremos que el separatismo sin la manipulación de la escuela camina hacia su fracaso.
Carmen Leal. Asociación por la Tolerancia
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