El “nacionalismo catalán” como teoría política se basa en el concepto de “Nación” pero se utiliza el concepto con notoria ambigüedad bien calculada. La palabra nación viene del latín “nascius“, los nacidos en un territorio, pero se utilizaba en tiempos del Imperio romano para nombrar a las tribus y pueblos de “más allá” de las fronteras del Imperio, según opinión del profesor Gustavo Bueno. Si nos atenemos a la definición de la RAE (edic.1992) sería: (1) una “comunidad de individuos asentada en un territorio determinado” o (2) “conjunto de habitantes de un mismo país regido por un mismo gobierno”.
Y para más confusión -a veces interesada- se emplea como sinónimo de país, estado, patria, pueblo, ciudadanía incluso nacimiento/natalidad. Hoy día es un concepto político y se refiere a la llamada “nación sociopolítica” desde 1789, con la Revolución francesa. ERNEST RENAN, en su estudio-conferencia “¿Qué es una nación?”, hace una “vivisección” casi anatómica de lo que es el cuerpo de una “nación”. Y con bisturí afilado recorre los conceptos que integran la Nación política que paso a comentar.
Historia
Al conjunto de las agrupaciones de las sociedades humanas se les ha dado distintas soluciones desde Egipto o Babilonia a las tribus de los hebreos y árabes pasando por ciudades como Tiro, Atenas, Esparta, que eran territorios reducidos, autogobernados, y sin instituciones superiores. Pero el Imperio romano ya estuvo cerca de la idea de Patria (Nación), porque bajo su dominación hubo “paz, orden civilización” y la “pax” romana fue muy valorada.
Se rompe el imperio entre Oriente y Occidente y comienzan las invasiones germánicas que darán lugar a las “nacionalidades”. A la muerte de Carlomagno se divide el Imperio entre sus nietos (Tratado de Verdún siglo IX) y aparece el concepto de las “nacionalidades” como Francia, Alemania, Italia, Inglaterra y España.
1º. La invasión germánica. Los germanos impusieron unas dinastías y una aristocracia militar, incluso adoptaron los nombres de ciertos pueblos como Normandía. Hay dos aspectos esenciales que aportan los pueblos germánicos;
2º. La adopción del cristianismo. Aceptan la religión del vencido pero este hecho no hace una nación. Si acaso unas costumbres (En España, Procesiones, Belenes, edificios religiosos, Catedrales etc.)
3º. El olvido de la propia lengua. Los conquistadores hablan ya romance a consecuencia de las mujeres. Los jefes se casaban con mujeres germánicas pero sus concubinas y las nodrizas de sus hijos eran latinas. Respecto a la lengua gótica, las tribus se establecieron en territorio romano y la lengua gótica tuvo escaso desarrollo. En Inglaterra la invasión sajona trajo consigo a sus mujeres y, por ello, el latín nunca fue determinante en gran Bretaña. Ya en el siglo X en las “Canciones de gesta” francesas todos se consideraban franceses. Había diferencia entre nobles y villanos, pero no era una diferencia étnica, sino de costumbres, de educación recibida en la familia. Y especialmente de valor, de coraje porque ya en el siglo XIII se otorgaba “un título” por los servicios prestados a la nación que casi fue un dogma. Al cabo de dos generaciones no se distingue el invasor del resto de la población, pero habían aportado al país conquistado nobleza, costumbres militares y un “patriotismo” del que previamente carecían.
4º. Punto esencial – El OLVIDO. La mayoría de las Naciones se construyen con guerras, anexiones y violencia. Así son la mayoría de las formaciones políticas. El olvido de los hechos violentos es esencial para la unión de la Nación. Y es esencial que las naciones tengan mucho en común. Que se hayan alegrado de las conquistas, y disfrutado y padecido juntos. Es decir: Una Historia en común
La Nación moderna es el resultado histórico de una DINASTIA mediante matrimonios: Inglaterra, Irlanda y Escocia incluso Holanda con la casa de Orange o por voluntad de las provincias que la componen. Y en España los condados de Cataluña unidos al de Barcelona y después anexionados como una parte del reino de Aragón que con el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón forman ya una sola dinastía. Pero las Dinastías no son un medio indispensable. “Nación” es EEUU y “Nación” es SUIZA.
La “nación” puede existir sin principio dinástico. A partir del s. XIX se ha hablado mucho de la “raza” y el “germanismo” como principio inherente a la nación, pero la Etnografía no puede superar al derecho de los habitantes del territorio a dirigir su destino.
El Imperio romano fue un cúmulo de razas y lenguas. No existe una raza pura. Todos somos un conglomerado de mezclas. No son primordiales las razas para la existencia de las Naciones. Tampoco el cristianismo con su carácter absoluto y universal construye una Nación. Ni la raza, ni las religiones, ni las lenguas hacen una Nación. Nada de todo ello tiene alcance en POLÍTICA. Todas las Naciones de Europa tienen la sangre mezclada. Y lo que se predica de la raza se puede a decir de las lenguas.
La lengua es esencialmente comunicación que facilita la unión, pero no OBLIGA a ser una NACIÓN. EEUU e Inglaterra tienen la misma lengua y son naciones distintas. Lo mismo que España y las Naciones de América que tienen la misma lengua. Porque se pueden tener los mismos sentimientos, las mismas inquietudes, incluso la misma ideología política o religiosa y expresarlas en distintas lenguas.
Sobre todos estos hechos figura “la voluntad del hombre”. La importancia que se ha dado hoy a la lengua vernácula se debe a que se la considera “un producto de la raza”, porque se transmite en la familia (“sermo patrius”, patrimonio familiar, decían los romanos). Y se exhibe e incluso se impone como “fet diferencial” en el nacionalismo lingüístico que padecemos en España (Cataluña, País vasco, Galicia) y van saliendo más y más lenguas medievales, lenguas minoritarias que se van promoviendo y extendiendo como signo de “identificación racial” y quebrando la unión de la Nación española, desacreditando el español como una imposición política, aunque jamás fuera impuesta políticamente (salvo en las dos dictaduras y con muchas limitaciones).
Según Ernest Renan, “¿Qué es una Nación?”: “Ni la tierra, ni la raza, ni la lengua hacen una Nación. Porque es el hombre quien pone el alma». Una Nación es una agregación de hombres sana de espíritu y cálida de corazón que crea una “conciencia moral” que se llama Nación (ERNEST RENAN)
CARMEN LEAL, Asociación por la Tolerancia
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