Salvador Illa aseguró, hasta la saciedad, que sería el presidente de todos los catalanes, pero en la realidad se está comprobando que no es verdad. El ejecutivo catalán mantiene la misma política lingüística que sus predecesores, o lo que es lo mismo, arrinconamiento sistemático del castellano. Por mucho que lo niegan, esa es la realidad. Este es solo un ejemplo del continuismo con el Govern socialista.
Además, el gobierno de Illa desprecia la bandera de España, tal y como hemos denunciado en más de una ocasión en elCatalán.es, si bien es cierto que en contadas ocasiones la han colocado junto al resto de banderas, la realidad es que dan una de cal y otra de arena. Durante la reunión del ejecutivo de este martes, ni rastro de la bandera española. Hoy parece que no tocaba.
A buen seguro la enseña nacional molesta a los separatistas que tiene en su gobierno, tales como Miquel Sàmper, que no hace tanto tiempo se paseaba por Cataluña luciendo un lazo amarillo en la solapa de su chaqueta, un símbolo que insulta a la democracia de nuestro país. Todo ello, mientras hacía de consejero de Interior con Quim Torra, nada más y nada menos.
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