El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, ha pedido hace unos días a la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, y al presidente de la Cámara de Comercio de Girona y presidente del Comité Ejecutivo de Fira de Girona, Domènec Espadalé, que “hagan una profunda reflexión”
Millo, con buen criterio, les ha pedido que “retiren la sanción impuesta a las Fuerzas Armadas, mediante la que prohíben su participación en las próximas tres ediciones del salón Expojove”. El Ejército merece un respeto que estas autoridades gerundenses han violado con su actitud sectaria.
“Estoy totalmente en desacuerdo con esta sanción, que se basa en que el año pasado los militares participaron en el Expojove con uniforme, incumpliendo con el código ético de Fira de Girona”, ha añadido el delegado del Gobierno.
Es lamentable que algunas instituciones en manos de los secesionistas o sus aliados, como es el caso de Ada Colau con el Ayuntamiento de Barcelona, se dediquen a torpedear a una institución democrática y que sirve con lealtad y sacrificio a la sociedad española, como es el caso de las Fuerzas Armadas.
En vez de reconocer su labor impagable en misiones humanitarias y en situaciones de emergencia, intentan lanzar fango sobre el Ejército. Todo por un interés político cortoplacista, por desterrar todo lo que huela a “español” de Cataluña. Todo vale para propagar el separatismo entre la población catalana.
Su único objetivo, el de los secesionistas, es intentar desgastar a las instituciones comunes. No tienen otra preocupación, lo que perjudica a Cataluña y al resto de España al menoscabar el respeto que las Fuerzas Armadas merecen.
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