El derbi ha sido un mal sueño para el Espanyol, otro más en una temporada aciaga que todo hace indicar acabará con el club perico en la Segunda División, y lo hará por méritos propios. El partido de los pupilos de Luis García fue muy canalla.
El Espanyol no compareció en el derbi ante el FC Barcelona, que jugó a medio gas y que a última hora no pisó el acelerador a fondo para hacer una herida todavía más grande si cabe en el corazón de una afición espanyolista hastiada ante tanta mediocridad y desazón. El Barça se impuso por 2-4, con una facilidad pasmosa.
A la conclusión del partido y cuando los jugadores culés celebraban el título de Liga una parte de la grada perica invadió el campo e hizo correr a los jugadores azulgrana hacía el interior de los vestuarios, una imagen que daña, y mucho, al Espanyol y que además dio la vuelta al mundo en muy poco tiempo. La sanción para el club perico puede ser importante.
El CEO del Espanyol, Mao Ye, ventiló el asunto con un vídeo que exactamente duró 36 segundos y donde pedía perdón por la temporada del equipo, la invasión de campo y donde dijo que lucharían hasta el final por lograr la salvación. El club emitió un comunicado condenando los hechos y poco más. La deriva en la que ha entrado el Espanyol como entidad es simplemente desoladora y triste, muy triste.
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