Cada vez que llegan unas elecciones solemos decir que son cruciales y estas elecciones municipales del próximo 28 de mayo son especialmente importantes para la ciudad de Barcelona, una ciudad que agoniza después de ser la capital del «procés» y del perroflautismo más cutre.
Los barceloneses tendremos que elegir entre tres modelos de ciudad.
Por un lado, tenemos el actual modelo socialcomunista capitaneado por Ada Colau y el PSC de Collboni que nos ha llevado a ser la ciudad más insegura de España y paraíso europeo de la ocupación. Una ciudad sucia, triste y decadente, que ya no pinta nada ni económica ni culturalmente y que es un caos circulatorio.
Por otro lado, tenemos la Barcelona del separatismo de ERC y de Xavier Trías, la Barcelona del «procés», del golpe de Estado, de la beligerancia permanente, de los contenedores quemados y la huida de empresas.
A Trías no le interesa hablar de independencia e intenta pasar el tema de puntillas, pero la realidad es que pudiendo presentarse por libre, ha preferido presentarse por su partido, Junts x Cat, el de los fanáticos Rull, Turull, Laura Borras, Alonso-Cuevillas o Miriam Nogueras, esta última famosa por apartar la bandera de España del atril en una rueda de prensa del Congreso de los Diputados hace unas semanas.
La realidad es que Trías es separatista y no lo oculta. Hace unos días lo dijo claramente en el Círculo Ecuestre y también reconoció tener una buena relación con Laura Borras y Carles Puigdemont, sus jefes y dos auténticos talibanes del separatismo. Si llega a la alcaldía, pondrá Barcelona al servicio de la causa separatista y cualquier día se cansará y cederá su vara de alcalde al exaltado de turno. Votar a Trías como alternativa a Colau es una temeridad, es cambiar la Barcelona de los okupas por la de los antisistema quemando las calles y lanzando trozos de acera a la policía y los comercios.
Por último, tenemos un tercer modelo. El de la Barcelona del orden y la ley. La Barcelona patriota y de sentido común que encarna VOX. Una ciudad que plante cara sin ambages a la delincuencia, a la okupación, a la inmigración ilegal y al separatismo.
Una ciudad con barrios seguros, próspera, que esté con los barceloneses, no contra ellos. Que tenga impuestos bajos y servicios de calidad. Una ciudad que elimine la ZBE y la mayoría de radares puramente recaudatorios. Que abandone el despilfarro en delirios ideológicos y ecologistas. Una Barcelona que facilite que vengan las grandes inversiones que crean riqueza. Una ciudad que cambie los ilegales de las pateras por los turistas de los cruceros. Que prefiera los grandes museos que los espectáculos de violencia a machetazos. Una ciudad que apoye al autónomo y al comercio de proximidad.
En VOX estamos decididos a darle la vuelta a esta hermosa ciudad. Sabemos que tenemos una gran responsabilidad pues somos el primer partido nacional en Cataluña y estamos dispuestos a liderar ese movimiento sin dudas ni complejos.
Que nadie se engañe, VOX es la clara oposición a la izquierda radical y al separatismo en Cataluña y somos además el único partido que está dispuesto a cambiar las cosas si llegamos a la alcaldía, pero también el único que hará verdadera y dura oposición si nos toca ese papel.
Barcelona se juega el ser o no ser, el intentar volver al lugar donde siempre debió estar o seguir instaurada en el comunismo y el separatismo. Contra esas dos opciones solo queda una salida, la de la Barcelona abierta que madruga, que trabaja y que quiere orden, ley y sentido común. La Barcelona de VOX.
Gonzalo de Oro, candidato de VOX a la alcaldía de Barcelona
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