Hace tiempo se empezó a poner de moda el adhesivo del burro creado por una ONG para recaudar fondos y ocuparse de que los burros tuviesen una vida digna y además para preservar la raza autóctona de este animal.
Aparecieron también en esa época adhesivos que querían representar el catalanismo o separatismo con otras imágenes pero curiosamente el que cuajó fue la del burro que había nacido para otro fin y con otra idea mucho más ecologista.
Se modificó poniéndole la señera cual alforja, también la estelada, pero en esta ocasión el original se mantuvo y las copias o imitaciones con sus diversas variantes acabaron por desaparecer, prevaleciendo la imagen original del burro que pasó a ser asimilada como imagen de independentismo.
Desconozco lo que es hoy de esa asociación animalista, pero es lógico suponer que afortunadamente para ella y para los burros dispone de fondos suficientes para poder llevar a cabo su labor altruista.
Cuento todo esto porque el otro día ví el citado adhesivo del burro mientras oía por la radio del coche que los partidos independentistas se presentarán en solitario, que Espadaler de Unió se pasa al PSC (pero en posiciones de arriba para asegurarse el puesto) que el PSC ya no cierra la puerta a un tripartito (la excusa es hacer un gobierno transversal), que la Colau que votó ‘sí’ y ‘sí’ el 9N, que fue a las manifestaciones independentistas y que cuelga pancartas en el ayuntamiento pidiendo democracia, declara que ella no es independentista, la CUP dice que se presentará aunque considere ilegales las elecciones del 21-D, que el alcalde de Gimenells (del PSC) se pasa al PP (pero en posición de salir como diputado por Lleida)…
En ese momento me vino a la cabeza el refrán de “mentre hi hagi burros anirem a cavall” (“mientras haya burros iremos a caballo”) y me pareció que el triunfo del adhesivo del burro había sido pura lógica: era el que mejor representaba a aquellas personas de uno y otro signo, de uno y otro partido, que sin darse cuenta dan soporte (y modus vivendi) a políticos que sólo procuran para ellos mismos y que pase lo que pase jamás bajarán del burro, eso sí, si el que montan flaquea se cambian a otro que esté fuerte.
Miguel Ángel Ibáñez es el presidente del Grupo de Cs en la Diputación de Barcelona
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
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