
Afortunadamente parece que en España se comienza a dominar al COVID-19, el esfuerzo de los ciudadanos con el confinamiento empieza a dar sus frutos y vemos luz al final del túnel.
Pero ahora lo que se nos viene encima es una crisis económica galopante y de consecuencias impredecibles. Entre los sectores más afectados estará el turismo, de hecho se da por perdida la campaña de verano, al menos del turismo extranjero.
El comisionado de Turismo del Gobierno federal de Alemania, Thomas Bareiss, ha avisado a sus ciudadanos: deben ir haciéndose a la idea de que este año no podrán salir de vacaciones fuera de su país, ni siquiera a las playas españolas.
Alemania aporta unos 11 millones de turistas al año a España, lejos de los 18 millones de británicos, a los que tampoco se espera este verano. Hugh Elliot, embajador de Reino Unido en Madrid, dijo que los turistas británicos regresarán a España, “pero no en los próximos meses” por los sentimientos de “cautela” y “temor” que causan la epidemia.
Con este panorama las agencias de viajes y hoteleros enfocarán todos sus esfuerzos en atraer al turismo de proximidad.
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