En poco más de una semana el destino de Alejandro Fernández ha dado un vuelco. De ser un político sentenciado por el aparato de Génova 13, ha pasado a ser uno de los barones que ha participado en el cambio de ciclo al frente del Partido Popular que se acabará de definir en los próximos días.
Ante de la crisis Casado-Ayuso Teodoro García Egea ya había decidido que quería destituir a Fernández como presidente del Partido Popular en Cataluña, al precio que fuera. De hecho, sonaba para sustituir a Fernández la eurodiputada Dolors Montserrat, aunque el aparato de Génova todavía no había conseguido su ´sí’, dado que está muy satisfecha con su labor en la cámara europea.
Pero mientras ataban el sucesor los fieles a Egea llevaban meses desgastando a Fernández que aunque pensaba plantar cara en el congreso del PPC previsto para otoño, tenía pocas posibilidades, dado que uno lemas de esta formación es «Génova no pierde congresos».
La dimisión de Teodoro García Egea como secretario general de PP ha significado un gran alivio para Alejandro Fernández, que evita el «game over» y le abre el terreno de juego para poder optar a la reelección como presidente de los populares catalanes. García Egea había predicado en varios corrillos que Fernández no era su apuesta, y el que haya dejado de ser el hombre fuerte del aparato da aire a un Alejandro Fernández que tiene en la tribuna del Parlament su mejor argumento para reeditar su cargo, dado que es uno de los oradores más brillantes de la cámara autonómica.
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