¿Y si por una vez el Gobierno español en lugar de buscar sus intereses personales y partidistas pensase en la mayoría de catalanes y españoles?
¿Y si por una vez el gobierno español pensase en que si la justicia se representa ciega es porque no se deja influir por las partes?
Pedro Sánchez y su gobierno hablan de que ha pasado el tiempo de la justicia, pues bien, el tiempo de la justicia ni ha pasado ni pasará nunca pues dejaríamos de estar en una democracia. La justicia es defender y apoyar a quien acata y defiende la ley y no indultar a quienes intentaron y y han dicho que volverán a intentar romper la convivencia en Cataluña para intentar volver a imponer la minoría independentista a la mayoría constitucionalista.
También han proclamado que deben naturalizarse los indultos; otro error garrafal pues no se debe naturalizar lo que es excepcional: los indultos. Naturalizar los indultos es desnaturalizar la justicia que es uno de los pilares de la democracia.
Y por todo ello lo más preocupante no es que el gobierno del PSOE conceda los indultos a los golpistas del 2017 si no que en ese momento romperían el equilibrio entre los poderes sobre los que se sustenta la de democracia y además los españoles más perjudicados serían los catalanes pues la mayoría de la población quedaría abandonada a su suerte en manos del independentismo y posiblemente se produciría otra oleada de fuga de empresas y de capitales, con lo cual Cataluña se empobrecería más, aumentaría su deuda y pasaría definitivamente a ser el furgón de cola de España a quien el resto tendría que salvar de la bancarrota.
Mal negocio para España, para Cataluña, para la Justicia y para la democracia, los únicos que ganan son los independentistas, que se creerán ya intocables, y Pedro Sánchez que compra tiempo para seguir de presidente de gobierno.
No estaría de más que tanto Pedro Sánchez como los independentistas pensasen por un momento en que los votantes de partidos independentistas hace escasamente dos meses y medio perdieron 626.504 votos en Cataluña con lo que no llegaron al 25% del censo en esas elecciones del 14-F.
Todo ello sin tener en cuenta la opinión del resto de españoles que también estarían afectados por esta decisión.
Por eso vuelvo a la pregunta del titulo, ¿y la convivencia y normalización de los no independentistas?
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